Cuando llega la primavera y dejamos atrás el frío invierno, nuestro cuerpo puede notarlo, en forma de fatiga, debilidad… lo que llamamos “astenia primaveral”, incluso hace su aparición la temida alergia típica de esta estación.
Artículo escrito por María Gironés, farmacéutica comunitaria, publicado en Farmaventas 168.
Astenia primaveral
¿A qué llamamos exactamente “astenia primaveral”?
Esta palabra proviene del griego “asthenia”, cuyo significado era la “cualidad de estar sin fuerza”.
La llegada de la primavera puede provocar cambios no sólo en nuestra vida en general, ya que las temperaturas ambientales experimentan una ligera subida normalmente y las horas de luz aumentan también. Pero, paradójicamente, cuando pasamos del invierno a esta estación, podemos llegar a experimentar una sensación de decaimiento. ¿No os ha pasado? Si es así, habéis experimentado lo que se llama “astenia primaveral”.
La astenia primaveral es un conjunto de síntomas que conllevan fundamentalmente una sensación de cansancio, de fatiga o de debilidad sin haber hecho grandes esfuerzos, que como hemos dicho, es típica de la llegada de la primavera. Es de carácter leve y por sí misma va desapareciendo al cabo de unos días. Además de este cansancio generalizado, podemos experimentar pérdida de memoria, dificultad a la hora de dormir, estado de ánimo más bajo del habitual... Pero como decimos, en teoría, es algo leve y pasajero.
No hay evidencia científica ni tampoco es muy claro si afecta más a hombres que a mujeres, incluso tampoco es que sea un diagnóstico médico ni una enfermedad en sí misma. Pero es una realidad que, ante un cambio en las condiciones ambientales, nuestro cuerpo puede reaccionar de esta manera y hay que lidiar con ello, sobre todo personas que tienen problemas de salud previos.
¿Cómo podemos ayudar desde la oficina de farmacia para paliar estos síntomas?
Podemos poner remedio a esta fatiga, a esta debilidad y a este decaimiento con una serie de consejos y productos. No existe un tratamiento específico, pero podemos paliar estos síntomas con gestos sencillos.
Recomendaciones en la alimentación e hidratación
Es muy recomendable consumir alimentos ricos en vitaminas y minerales para compensar la fatiga y la debilidad propia de la astenia. El equilibrio en la alimentación es más importante que nunca en esta época, por supuesto. Por ello, es primordial no excederse en la ingesta de grasas ni de hidratos de carbono refinados, consumir proteínas por lo menos una vez al día y consumir frutas y verduras. Las cenas deberán ser ligeras para que las digestiones no interfieran en nuestro descanso. Nuestro organismo funciona mejor si nuestra alimentación es equilibrada.
En cuanto a una correcta hidratación, la ingesta de agua es fundamental para mantenernos bien hidratados y que nuestro organismo funcione correctamente. También podemos complementarla consumiendo caldos, zumos o infusiones.
Mantener una regularidad en nuestra vida cotidiana
Es muy aconsejable mantener un horario lo más regular posible a diario, con 8 horas mínimas de sueño. Es importante descansar, para no empeorar ese estado de fatiga propio de la astenia primaveral.
Además, es recomendable hacer ejercicio de manera suave para liberar endorfinas, que mejoran el estado de ánimo. Pasear, andar en bicicleta… ejercicios que no nos lleve a un agotamiento extremo.
Suplementos de melatonina y triptófano
La melatonina está en boca de todos. Este tipo de suplementos se han hecho muy populares por su efectividad. Realmente es una hormona que se produce en la glándula pineal de nuestro cerebro de manera natural y regula los ciclos de sueño y vigilia y se produce a partir de la serotonina, conocida como “hormona de la felicidad”. Con los años, disminuye su producción por eso las personas conforme avanzamos en la vida podemos tener más problemas a la hora de dormir.
La serotonina se sintetiza a partir del aminoácido triptófano, que se obtiene a través de la dieta (hay alimentos ricos en triptófano como rúcula, espinacas, calabaza, espárragos, brócoli, frutos secos como almendras, nueces, pistachos y anacardos, pollo, pavo…) o de complementos alimenticios que podemos recomendar desde la oficina de farmacia, sólo o combinado con melatonina.
La melatonina también podemos recomendarla en forma de suplementos sola y/o acompañada de plantas como valeriana, pasiflora… que ayudan no sólo a conciliar mejor el sueño, sino a mantenerlo durante la noche y, así, regular nuestro reloj biológico.
Suplementos vitamínicos
En esta época del año es cuando más se consumen este tipo de productos. La variedad es muy extensa. Sería aconsejable suministrar cantidades significativas de hierro biodisponible junto con una combinación de vitaminas (C, E, B1, B2, B3, B6, B12) y ácido fólico, que son esenciales para recuperar la vitalidad ya que su ausencia da lugar a debilidad, fatiga e irritabilidad, algunos de los síntomas más comunes de la astenia primaveral.
Alergia
En relación a la astenia primaveral, los expertos advierten de que, si sus síntomas persisten en el tiempo, si son muy intensos o se acompañan de otras manifestaciones, pueden estar asociados a otros problemas de salud a veces no diagnosticados previamente. Las alergias que se manifiestan con las elevadas concentraciones de polen que se producen en esta época del año, o incluso problemas respiratorios previos, pueden estar en el origen de esta astenia.
La alergia típica de la primavera conlleva estornudos, picor y rojez en los ojos, rinitis y cansancio que sumado al de la astenia, puede afectar bastante al paciente en su vida diaria. Numerosos estudios dicen que afecta aproximadamente al 10% de la población.
La alergia es una respuesta del organismo ante el contacto con determinadas sustancias que provienen del exterior. En la alergia primaveral, es el polen el principal causante de esta hipersensibilidad propia de esta época del año.
Recomendaciones desde la Oficina de Farmacia
La primera recomendación o consejo es ayudar a su prevención con la divulgación de medidas higiénico-sanitarias. Podemos aconsejar diferentes estrategias como evitar el contacto con el polen y para ello debemos mantener las ventanas de casa, oficina... cerradas, especialmente durante las horas de sol. Además, en el campo o en un jardín, por ejemplo, evitar cortar el césped o tumbarse en él, también utilizar gafas de sol al salir a la calle y disminuir las actividades al aire libre en la medida de lo posible en primera y a última hora de la tarde, sobre todo. Es un buen consejo no secar la ropa en la calle porque puede pegarse a estas prendas y cuando lleguemos a casa, cambiarnos la ropa también. Todas estas son medidas que consideramos preventivas.
En segundo lugar, evidentemente el tratamiento farmacológico, además de estas medidas preventivas, es considerado como tratamiento de primera línea, que está dirigido principalmente a disminuir los síntomas más característicos de los cuadros leves o moderados de alergia. Los antihistamínicos son los principales protagonistas de este tratamiento, ya que disminuyen los síntomas de la alergia como son los estornudos, el picor de nariz y ojos, rinitis o goteo nasal continuo. Además, son muy recomendables los sprays de agua de mar para limpiar, hidratar y descongestionar las fosas nasales y los colirios calmantes para aliviar el picor y la rojez de los ojos.
Y cuando todo esto no es de utilidad por la persistencia de los síntomas, derivaremos al médico, porque se pueden incluir corticoides en su tratamiento e incluso recurrir a un tratamiento inmunológico o inmunoterapia, que consiste en la desensibilización con el propio alérgeno, inyectándolo en forma de extracto en dosis crecientes por vía subcutánea.
Desde la oficina de farmacia también podemos ofrecer seguimiento de estos pacientes con alergia.
