Pranarôm nos acerca las virtudes de los aceites vegetales mediante un nuevo formato para poder disfrutarlos no solo por fuera sino también por dentro.
Hay que recordar que partimos de una base excepcional. La calidad de los aceites vegetales de Pranarôm presume de un certificado Virgen, es decir, son el único resultado de la primera presión en frío, sin ser sometidos a ningún tratamiento más y sin aditivos. Por lo tanto, una excelente opción para tratar nuestra piel en función de la necesidad del momento, aliviar el picor, calmar el dolor o hidratar y nutrir en profundidad.
Pero es que los aceites vegetales van más allá de su aplicación sobre nuestra piel. Además, podemos aprovecharnos de su composición rica en ácidos grasos, vitaminas y oligoelementos que contribuyen a un mejor funcionamiento de nuestro organismo. Con la ventaja que estas cápsulas además son aptas para todo tipo de dietas, incluida la vegana, con una cantidad pura de aceite vegetal de 750 mg por cápsula.
Este nuevo lanzamiento comienza con 4 aceites vegetales:
-AV de onagra: el complemento perfecto para sobrellevar la etapa del climaterio además de aportar la hidratación extra en aquellas pieles secas que tanto lo necesitan.
-AV de rosa mosqueta: su conocido uso tópico sobre las cicatrices es potenciado mediante la toma oral gracias a su alto contenido en w3. También es un excelente preparador del sol para prevenir el fotoenvejecimiento. Y además, esta fuente de ácidos grasos es inmejorable para incluirla en una dieta vegana.
-AV de comino negro: destacable por su afinidad por pieles sensibles donde las irritaciones y agresiones en la piel sean frecuentes.
-AV de granada: la presencia de omega 5 colabora en una dieta para mejorar estados de diabetes o problemas de colesterol. Cuatro aceites vegetales ya utilizados por los amantes de Pranarôm que ahora nos ofrece una nueva oportunidad de acercarnos a la naturaleza y disfrutar de sus beneficios en un formato ecológico, vegano y cómodo de tomar. Cuidar nuestra mayor barrera protectora no es solo cuestión de lo que se ve por fuera, si no el resultado de lo que se cultiva desde dentro.
