Estados Unidos y la Unión Europea emitieron una Declaración Conjunta sobre comercio e inversión transatlánticos, ampliando un acuerdo político previo de julio de 2025 en Escocia entre Ursula von der Leyen (UE) y Donald Trump (EEUU). La Declaración fija un marco que EEUU define como “justo y equilibrado”, pero con cambios significativos en el comercio de medicamentos y otros sectores estratégicos.
Medidas clave:
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Arancel del 15% sobre la mayoría de exportaciones europeas a EEUU, incluidos medicamentos, automóviles, semiconductores y madera.
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No se establecen aranceles recíprocos por parte de la UE.
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La fecha de aplicación aún no está definida.
Impacto económico y sanitario:
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Estimación inicial: 18.000 millones de euros de coste para la industria farmacéutica europea.
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La industria no puede repercutir estos costes en los precios finales.
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Riesgos señalados por Efpia y Farmaindustria:
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Obstáculo para la investigación y desarrollo (I+D).
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Amenaza a las cadenas globales de suministro.
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Riesgo para el acceso de los pacientes a medicamentos innovadores.
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Desincentivo a la inversión en un sector estratégico.
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Posible pérdida de competitividad europea frente a EEUU y China.
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Reacciones de la industria farmacéutica:
La presidenta de Efpia, Nathalie Moll, pide exenciones claras para los medicamentos innovadores y un diálogo estratégico con la UE y los Estados miembros para proteger a los pacientes y garantizar la competitividad de la industria farmacéutica europea, advirtiendo que los aranceles amenazan las cadenas globales de suministro y la inversión en investigación biomédica. Por su parte, el director general de Farmaindustria, Juan Yermo, señala que incluso aranceles pequeños afectan la atención al paciente y la innovación, y propone que la futura Ley Europea de Biotecnología ayude a contrarrestar las ventajas competitivas de EEUU y mitigar las políticas de la Administración Trump, enfatizando que el contexto actual no estimula a un sector considerado estratégico y que Europa necesita recuperar competitividad y reducir su dependencia.
La imposición de aranceles sobre medicamentos y sus insumos rompe un compromiso de 30 años entre EEUU y UE de no gravar productos farmacéuticos innovadores. La industria europea solicita medidas que permitan mantener la inversión en I+D, garantizar la seguridad sanitaria y recuperar competitividad frente a otras regiones.