El insomnio y los trastornos del sueño no solo afectan al estado general del organismo, sino que también tienen un impacto significativo sobre la salud bucodental. Al mismo tiempo, diversas patologías orales pueden dificultar el descanso nocturno. Así lo explica la Dra. Ana Rodríguez, odontóloga general de la clínica Institutos Odontológicos en Valencia, quien advierte de la necesidad de una visión más integradora entre el cuidado oral y la calidad del sueño.
“Problemas como las caries, dientes fracturados o enfermedades periodontales pueden provocar dolor bucal, articular y muscular, lo que interfiere directamente en la conciliación del sueño y en su mantenimiento”, señala la especialista.
El insomnio como factor de riesgo para la salud oral
Estudios recientes, como la revisión sistemática Oral health and sleep disorders: A systematic review and meta-analysis, evidencian que la falta de sueño altera el equilibrio general del organismo, incrementando el estrés, la ansiedad y los malos hábitos alimentarios. Esta combinación puede derivar en un descenso del autocuidado, incluida la higiene oral, y favorecer el desarrollo de bruxismo por estrés.
Los signos clínicos que pueden alertar sobre una alteración del descanso incluyen:
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Desgaste dental y caries frecuentes.
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Contracturas musculares en la región peribucal.
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Dolor o chasquidos en la articulación temporomandibular (ATM).
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Rechinar de dientes durante el sueño (bruxismo).
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Ronquidos y alteraciones respiratorias nocturnas leves.
“Las infecciones periodontales sin tratar pueden derivar en la pérdida de piezas dentales, y los problemas articulares o musculares crónicos son cada vez más frecuentes en consulta. Además, el bruxismo sostenido puede modificar la estructura oclusal del paciente, con implicaciones funcionales y estéticas”, advierte la Dra. Rodríguez.
Prevención y tratamiento: claves para romper el ciclo
Para abordar estos problemas, la especialista recomienda mantener una higiene oral adecuada, visitas regulares al dentista y una atención precoz al dolor o la sensibilidad en la zona bucal. En pacientes que ya presentan deterioro dental o síntomas asociados al insomnio, se pueden aplicar soluciones como:
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Férulas de descarga para tratar el bruxismo.
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Dispositivos de avance mandibular (DAM) para mejorar la apnea leve del sueño y reducir ronquidos.
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Tratamientos restauradores, como prótesis o implantes, en casos de pérdida de piezas.
Según el Barómetro de la salud bucodental en España 2025, impulsado por Institutos Odontológicos, el 31 % de los encuestados está diagnosticado de bruxismo o conoce a alguien con esta afección, aunque un 36 % afirma no saber en qué consiste. Este dato refleja la necesidad de mayor información, prevención y abordaje multidisciplinar.
“El bruxismo tiene un origen multifactorial: dental, muscular y psicológico. Por ello, su tratamiento ideal requiere la colaboración entre odontólogos, fisioterapeutas y psicólogos”, explica la Dra. Rodríguez. En el caso de la apnea del sueño, matiza, “los odontólogos podemos contribuir a mejorar los síntomas, pero debe ser el neumólogo quien lidere el seguimiento clínico”.