Una encuesta realizada por la asociación Acción Psoriasis, en colaboración con la biotecnológica Amgen, ha puesto de relieve importantes carencias en el abordaje de la enfermedad psoriásica, especialmente en aspectos íntimos y emocionales que siguen sin ser atendidos de forma adecuada en las consultas médicas. Según los datos recabados, el 28 % de los pacientes presenta afectación genital, pero el 78 % asegura no haber sido preguntado nunca por su vida sexual por parte de los profesionales sanitarios.
El estudio, que ha contado con la participación de más de 1.000 personas diagnosticadas con psoriasis y/o artritis psoriásica (en su mayoría mujeres mayores de 40 años), apunta también a un impacto considerable en la salud mental de los pacientes. Dos de cada diez encuestados reconocen tener problemas psicológicos, y aunque un 38 % ha recibido apoyo profesional en algún momento, muchos consideran que este no ha sido suficiente. De hecho, entre quienes sí han accedido a atención psicológica, más de un tercio afirma seguir sintiéndose incomprendido o mal atendido, mientras que casi la mitad de quienes no han recibido este tipo de apoyo considera que lo necesitaría.
Más allá de las dimensiones emocionales y sexuales, la encuesta también pone en evidencia una disonancia entre la clasificación médica de la enfermedad y la percepción que tienen los propios pacientes. Aunque clínicamente la mayoría de los casos se considera leve —basado en la extensión de la superficie corporal afectada—, el 57 % de los encuestados califica su psoriasis como moderada o grave.
Desde Acción Psoriasis señalan que estas cifras reflejan la necesidad urgente de avanzar hacia un modelo asistencial verdaderamente multidisciplinar. “La psoriasis es mucho más que una enfermedad cutánea. Tiene implicaciones sistémicas, emocionales y sociales que deben abordarse con una atención coordinada”, afirma Santiago Alfonso, director de la asociación.
El informe también destaca la alta prevalencia de comorbilidades entre los pacientes con enfermedad psoriásica, especialmente las cardiometabólicas (28 %), como obesidad, dislipemia o hígado graso.
A pesar de la disponibilidad de opciones terapéuticas, más de la mitad de los pacientes encuestados considera que su enfermedad está poco o mal controlada, lo que impacta directamente en su calidad de vida. Un 13 % describe una afectación muy o extremadamente importante, y un 16 % la califica de moderada.
Para el director médico de Amgen en España, Miquel Balcells, los datos de esta encuesta reflejan la necesidad de ir más allá del tratamiento sintomático. “Estamos ante una enfermedad de base inmunológica con una carga psicológica evidente. Solo con un enfoque integral, que combine dermatología, reumatología, salud mental y atención primaria, podremos mejorar la calidad de vida de los pacientes”, sostiene.
Los resultados del estudio refuerzan la necesidad de repensar el abordaje de la psoriasis con una visión más amplia, donde el bienestar emocional, la salud sexual y la calidad de vida tengan un papel central en la práctica clínica.