La junta directiva de Asfarvet (Asociación de farmacéuticos para el buen uso del medicamento animal) lamenta que en los últimos días se hayan trasladado a la opinión pública “desafortunadas” informaciones y opiniones que generan confusión sobre ciertos aspectos que recoge la legislación vigente al respecto de la dispensación de medicamentos veterinarios.
Según el Real Decreto por el que se regula la distribución, prescripción, dispensación y uso de los medicamentos veterinarios, de 2023, ésta solo se podrá efectuar a través de las oficinas de farmacia, principalmente, o de comerciales veterinarias legalmente establecidas.
“Al igual que ocurre con la medicación en humanos, es el médico quien prescribe y el farmacéutico el que dispensa. En este caso, serían los veterinarios los encargados de prescribir la medicación que necesitan los animales, pero corresponde al colectivo de farmacéuticos su dispensación”, aseguran desde la junta directiva de Asfarvet.
Uso prudente y responsable de los fármacos
El objetivo de la norma vigente es el de garantizar un uso prudente y responsable de los fármacos orientados a animales a través de toda la cadena de distribución, prestando especial atención a la lucha contra las resistencias antimicrobianas. “La garantía del uso racional de los medicamentos se basa fundamentalmente en la separación de funciones entre los profesionales sanitarios”, abundan desde Asfarvet.
La asociación recuerda que el tratamiento prescrito por un veterinario debe ser correctamente dispensado por un farmacéutico en uno de los establecimientos legalmente establecidos. En este sentido, si un veterinario vende fármacos directamente, se estará saltando la ley y evitaría el pago de los tributos correspondientes a esa venta.
Junto a esto, la junta directiva de Asfarvet considera que las “ventas de fármacos orientados a animales que se realizan desde clínicas veterinarias no son excepcionales”, algo que -a su juicio- “pone en riesgo la salud de todos”.
Una mala praxis que no defienden las instituciones
Finalmente, Asfarvet defiende que esta mala praxis no es defendida ni promovida desde los colegios oficiales de veterinarios, ni desde el ámbito académico o docente, ni desde las administraciones públicas con competencias sanitarias. Por eso, manifiesta su seguridad en el hecho de que “el avance en el control de los medicamentos que hemos conseguido en medicina humana, inexorablemente, se va replicar en el control del medicamento de uso animal”.