Recuerdo mis inicios en la dermo. Mi interés por el cuidado de la piel comienza desde la farmacia, concretamente desde el mostrador donde, tímidamente, solía ver y observar los diferentes tipos de piel que por allí pasaban. He de decir que de entre esas pieles, unas lucían cuidadas y bonitas y muchas otras descuidadas. Estas últimas eran pieles más engrosadas, apagadas y era ese grosor el responsable de que las imperfecciones o las arrugas se marcaran en exceso, adquiriendo un mayor protagonismo. Todo esto hizo que se despertara en mi un interés especial por este maravilloso mundo del cuidado.
Si me preguntáis por cual ha sido mi mejor aprendizaje, este han sido las ganas, la actitud y por supuesto observar mucho. También mi familia siempre ha sido muy creativa y esto ha hecho que haya desarrollado un instinto natural hacia lo bello. Recuerdo buscar cualquier momento del día para leer sobre rutinas, activos, sus propiedades y beneficios y también sobre producto. Pero mi punto fuerte viene del enfoque personal, de la manera de entender el cuidado.
Entiendo la dermofarmacia como la disciplina de cuidado para potenciar nuestra naturaleza y por tanto nuestra belleza. También es importante entender este cuidado como salud. Cuidarnos ayuda a prevenir y tratar patologías cutáneas y también nos aporta salud emocional porque nos proporciona bienestar. Todo esto hace que trabaje la recomendación de manera personalizada y única. Para mi el cuidado es universal, tanto para hombres como para mujeres. ¡El cuidado es para todos!
Creo que con estas palabras queda claro que mi prototipo de belleza es la natural e imperfecta.
A la hora de desarrollar el servicio de dermofarmacia, realizar una rutina cosmética y por tanto hacer una recomendación creo que tenemos un papel muy importante fomentando el autocuidado. Una rutina cosmética es un proceso, un aprendizaje, se trata de un ejercicio. No solo mío como prescriptor, también de la persona que decide cuidarse. Debemos entender el cuidado como un momento de calidad que, insisto, nos proporciona bienestar y relajación. Esto ayuda a mejorar la adherencia al tratamiento cosmético y a la rutina mejorando así los resultados. No podemos convertirnos en esclavos del cuidado.
En cuanto a mis cuidados, comienzo por la rutina de cuidado capilar. Últimamente estoy atendiendo sus cuidados de manera especial, no olvidemos que el pelo es queratina dura y también envejece y por alguna razón no hablamos de ello.
Lavo mi cabello y cuero cabelludo diariamente con un champú de henna con miel y naranja, hidratándolo y aportando suavidad y brillo. En esta época del año es cuando busco hidratarlo debido a las agresiones externas que ha sufrido tras el verano. Semanalmente uso aceite de almendras, jazmín y azahar. Reparto 5 pulsaciones del aceite por el cuero cabelludo, masajeándolo y trabajando el resto por el cabello ayudándome de un peine. Lo dejo actuar mínimo unas 4 horas y lo elimino con 2 lavados. El uso de este aceite me ayuda a hidratar en profundidad y a proteger el cabello gracias a su contenido en antioxidantes y minerales. Digamos que estos son mis dos cuidados básicos, pero además lo complemento cada 15 días con un tratamiento casero de arcilla blanca, en concreto de Bentonita. Aplico esta arcilla de uso domiciliario a modo de mascarilla durante 45 minutos, la reparto desde la raíz hacia el resto del cabello. Este tratamiento fortalece el folículo, regula mi cuero cabelludo y oxigena el cabello. ¡No os podéis imaginar la sensación de ligereza que me aporta! Esta arcilla la alterno con Cassia Obovata, también a modo de mascarilla, dejándola actuar una hora y media aproximadamente. Se trata de una planta que tiene las mismas propiedades que la henna, pero no tiñe. Es un tratamiento perfecto para fortalecer el cabello, frenando la caída y aportando brillo y volumen.
A nivel facial, existen 3 básicos que no pueden faltar en cualquier rutina de cuidado que pueda pautar. Me refiero al uso de un antioxidante, un humectante y para terminar un filtro de protección solar.
En este momento por las mañanas, lavo mi rostro con gel de pomelo de Malin+G que tiene acción antibacteriana y no deja sensación de tirantez. Lo aclaro con abundante agua. A continuación, me aplico como contorno de ojos, Aox eye gel siempre masajeando la zona pues se me congestiona con facilidad y este pequeño ritual me relaja. Tras el contorno aplico la loción exfoliante y preparadora de gh a base de salicílico, que me ayuda a controlar el exceso de grasa y a limpiar bien el poro. También contribuye a mantener el tono uniforme gracias a la azeloglicina. Es en este momento cuando aplico 4 gotas en el rostro y 1 gota en el cuello del serum antioxidante (serum 10 de Skinceuticals) imprescindible en mi rutina por su acción protectora. Tras él, el humectante, actualmente utilizo el serum/gel a base de ácido hialuronico, Hydra8 B5 de Medik8. Finalmente aplico un protector solar de uso urbano ¡Advance Brightening UV defense, spf 50+ de Skinceuticals es una gran apuesta!
Por las noches, realizo doble limpieza. Como primer paso uso un aceite limpiador al agua de gh, me gusta retirar los restos de protector solar y suciedad con este tipo de textura y su aroma a limón hace que se haya convertido en un producto básico en mi rutina de noche. Como segundo paso, aplico una pequeña cantidad de emulsión limpiadora japonesa facial de aclarado con agua de la misma marca. Ambos productos limpian aportándome mucho confort. Después aplico una pequeña cantidad de contorno de ojos de Skinperfection por su acción antiedad y tras el contorno aplico la misma loción exfoliante que uso por la mañana repartiéndola a toques sobre el rostro. Como tratamiento intensivo estoy usando 2 noches Glycolic 10 de Skinceuticals que lleva un 10% de glicólico libre y 2% de fítico y lo alterno con Cristal Retinal 3 de Medik 8. Como tratamiento intensivo, lo que busco es esa renovación y retexturización de la piel que hace que luzca luminosa y uniforme. Es importante recalcar que la utilización de este tipo de activos es imprescindible en cualquier rutina antiedad para obtener buenos resultados y siempre pautados por un profesional.
Semanalmente, uso peeling enzimático y a continuación mascarilla ultrahidratante de gh.
Espero que este breve texto os sirva de inspiración y ayuda para desarrollar este servicio con la misma pasión con la que yo lo hago. Es muy gratificante ver que además ayuda a conectar con el usuario, fidelizándolo y estableciendo una buena relación de confianza.
