Desde 2009, atiende a sus pacientes en farmacia La Feria de Gran Canaria. ¿Cómo es su farmacia? Porqué diría que es tan singular y reconocida en Las Palmas
Farmacia La Feria es una farmacia familiar de larga tradición en Las Palmas. Situada en un barrio muy humilde y de trabajadores.
Llevamos ya muchos años ayudando a nuestro barrio y entendiendo la profesión como un acto de vocación. De hecho, nuestro lema es “vocación por tu salud”. Porque creemos firmemente en esa máxima.
Tenemos un espacio pequeño. Pero nuestra gran virtud es saber sacarle provecho. Dedicamos un espacio lo más amplio posible al cliente. A que se sienta a gusto. Y por supuesto, con esa vocación de servicio de salud, tenemos un espacio dedicado a servicios profesionales. Que a la postre, es lo que define nuestra profesión.
Porque en este barrio nos conocemos todos. Sabemos el nombre del abuelo que viene cada semana a por su medicación y la de su hijo. Y el de la madre que llega con prisa a por un jarabe para su hija. Somos más que una farmacia: somos ese primer punto de escucha, el primer consuelo, el primer consejo. Aquí no solo dispensamos medicamentos, también damos apoyo, cercanía, humanidad.
Nuestro compromiso con la comunidad va más allá del mostrador. Incluso algunos años hemos organizado recogidas de alimentos para ayudar a las familias del barrio que más lo necesitaban. Porque entendemos la salud de forma integral: no solo es bienestar físico, también es sentirse cuidado, acompañado, respaldado.
Hemos vivido con nuestro barrio alegrías y momentos difíciles. Y aquí seguimos, con las batas puestas y el corazón abierto, creyendo en una farmacia cercana, útil, presente. Una farmacia de barrio, sí. Pero también una farmacia con alma.
¿Dónde está la particularidad de una farmacia en Canarias? ¿es muy diferente a la farmacia de Península? ¿Atienden a muchos turistas?
Al final, una farmacia es una farmacia. Y aunque existen particularidades según el lugar, en esencia, todas compartimos los mismos valores: cuidar, acompañar y dar respuesta a las necesidades de nuestros pacientes. A lo largo de los años he tenido la oportunidad de conocer muchos modelos de farmacia, tanto en distintas comunidades de España como en otros países. Y esa experiencia me ha servido para inspirarme, formarme y traer lo mejor de cada modelo a nuestra realidad canaria.
Creo firmemente en la necesidad de una farmacia preparada, actualizada, comprometida con su entorno y con su profesión. Una farmacia que no solo dispense, sino que aporte valor real. Ojalá todas las farmacias de nuestra isla podamos caminar en esa dirección: con vocación, formación continua y excelencia en el trato.
Ahora bien, sí que hay una particularidad clara en las farmacias canarias, y es la lejanía. La insularidad marca diferencias logísticas importantes. Los plazos de entrega para medicamentos, productos de parafarmacia y material sanitario son mucho más largos que en la península. Eso nos obliga a ser muy cuidadosos y estratégicos con la gestión del stock y los aprovisionamientos, especialmente en un contexto donde los desabastecimientos ya son un problema cotidiano para todos. Aquí, anticiparse no es una opción, es una necesidad para poder garantizar un servicio digno y constante a nuestros pacientes.
En cuanto al turismo, es cierto que muchas farmacias en zonas más turísticas tienen un volumen muy alto de atención a visitantes. En nuestro caso, como farmacia de barrio humilde, esa demanda turística es muy reducida. Lo nuestro es más cercano, más comunitario. Conocemos las caras, las historias, las necesidades de quienes cruzan nuestra puerta. Y eso también tiene su belleza: acompañar a lo largo del tiempo, con constancia, empatía y vocación.
Sin embargo, en zonas turísticas sí se enfrenta una problemática creciente: la presencia de establecimientos de parafarmacia que, presuntamente, intentan adoptar una imagen similar a la de una farmacia, lo que puede generar confusión, especialmente entre turistas extranjeros que no conocen bien la regulación sanitaria española. Esto no solo perjudica la imagen de la farmacia comunitaria, sino que puede poner en riesgo la seguridad del paciente, al no recibir una atención farmacéutica cualificada. Es un tema delicado que merece atención y, sobre todo, una regulación más clara para proteger tanto al profesional farmacéutico como al ciudadano.
Se declara “apasionada” de la salud y la belleza de la piel. ¿Sigue siendo la dermocosmética un área por profundizar en la farmacia? ¿O ya se trabaja suficientemente?
Me has tocado la fibra sensible. Porque sí, la salud también está en la piel. A menudo olvidamos que la piel es el órgano más grande del cuerpo humano, con permiso del intestino, y reducir su cuidado a algo meramente estético es no entender su verdadera dimensión sanitaria. Me entristece cuando escucho a algunos compañeros —incluso desde instituciones colectivas— restarle valor a la Dermofarmacia, como si no formara parte esencial de nuestra labor como profesionales sanitarios.
Durante los últimos cuatro años he tenido el honor de ser vocal de Dermofarmacia en mi colegio profesional. Desde ese cargo, tuve el privilegio de impulsar las primeras jornadas específicas de Dermofarmacia celebradas en nuestra provincia. Un proyecto pionero que no solo abrió camino, sino que logró una participación extraordinaria, superando todas las expectativas. Esa respuesta tan positiva por parte de los compañeros es una muestra clara de que existe un enorme interés, una necesidad latente y una motivación por seguir formándonos en este ámbito.
Lamentablemente, no siempre ha habido el apoyo institucional necesario para que este proyecto creciera como podría haberlo hecho. Y es una pena, porque fue un trabajo hecho con mucho corazón, mucho rigor, y con el claro propósito de aportar valor a todos los farmacéuticos que representaba.
Estoy convencida de que la Dermofarmacia está muy viva. Que hay muchos compañeros y compañeras haciéndolo extraordinariamente bien. Pero también creo que aún queda muchísimo por desarrollar. La formación continua es la clave. El potencial que tiene esta área dentro de la farmacia comunitaria es inmenso: no solo por lo que puede aportar a la salud de los pacientes, sino por cómo puede posicionarnos como referentes reales en el cuidado de la piel. La Dermofarmacia no es solo una oportunidad profesional; es, sobre todo, una responsabilidad sanitaria.
¿Hasta qué punto es importante la formación actualizada en farmacia?
La formación continua no es solo importante: es imprescindible. Es la base sobre la que se construye una farmacia actual, rigurosa y capaz de dar respuestas reales a las necesidades de sus pacientes.
He dedicado muchos años de mi vida profesional a formarme en los mejores centros, especialmente en el área que más me apasiona: la Dermofarmacia. Pero mi formación no se ha limitado a ese ámbito. También he profundizado en otras áreas fundamentales para el desarrollo y la sostenibilidad de la oficina de farmacia, como la gestión, los ensayos clínicos, la nutrición y otras disciplinas clave que nos permiten dar un servicio más completo y riguroso. Cuento con varios másteres en Dermofarmacia, dos MBA en gestión, y una amplia formación complementaria a través de numerosos cursos de especialización en diferentes áreas del ejercicio farmacéutico.
Más allá de recibir formación, también he tenido el privilegio de compartir conocimiento: He sido ponente en decenas de Colegios Oficiales de Farmacéuticos en toda España, en cursos organizados por la industria, en eventos y formaciones promovidas por empresas colaboradoras del sector. Siempre he intentado comunicar desde la ciencia, con rigor y compromiso, tanto en el aula como en mis redes sociales, donde mantengo una actividad divulgativa constante. Ese esfuerzo ha sido reconocido con el premio bronce a la Mejor Comunicadora de Salud en los Premios iDermo 2023, y con el Premio FENG de Oro a la farmacia que mejor se ha adaptado a su comunidad a nivel nacional. Ambos galardones los recibí con enorme gratitud, pero sobre todo como una motivación para seguir creciendo.
Ahora bien, la formación no debe quedarse en una sola persona. Yo invierto activamente en la formación de mi equipo. Somos seis personas, entre farmacéuticos, técnicos y auxiliares, y estoy convencida de que, sin ellos, nada de lo que hacemos sería posible. Los equipos son el motor real de cualquier farmacia. Y su formación constante es lo que nos permite avanzar, innovar y atender con excelencia.
En una profesión como la nuestra, profundamente sanitaria y en constante evolución, no hay otra opción: hay que formarse. Y no hablo solo de medicamentos. Hablo también de parafarmacia, de habilidades comunicativas, de atención al paciente, de nuevas tecnologías. Todo suma cuando el objetivo final es el bienestar de las personas. La formación es, y siempre será, nuestro mejor recurso.
¿Cree que hay áreas en las que falta formación? ¿O la oferta actual ya es suficientemente amplia?
En líneas generales, creo que el nivel de formación dentro de la profesión farmacéutica es bueno. Siempre hay margen de mejora, por supuesto, y quizá ese pensamiento crítico nace también de mi propia autoexigencia. Pero lo cierto es que la mayoría de los profesionales muestran un interés real por mantenerse actualizados, y eso es muy positivo.
Contamos con una oferta formativa diversa gracias al impulso de la industria farmacéutica, la patronal y numerosas empresas especializadas que colaboran activamente en el sector. Estos actores han entendido que la formación no es un extra, sino una necesidad para una farmacia que quiere avanzar y diferenciarse.
No obstante, y lo digo con conocimiento de causa, lo que sí he echado en falta estos años es una mayor implicación por parte de nuestro Colegio de Farmacéuticos. He tenido la oportunidad de formar parte de la institución como Vocal, y desde dentro he sentido que no se ha aprovechado todo el potencial que se podría —y debería— haber puesto al servicio de los colegiados en materia de formación continua. Es una oportunidad perdida que, personalmente, me gustaría ayudar a revertir. Porque creo firmemente en el papel que deben jugar los colegios profesionales como impulsores de conocimiento, excelencia y conexión entre compañeros.
La formación no es solo un deber profesional: es también una forma de dignificar y reforzar el valor de nuestra profesión en una sociedad que necesita farmacéuticos cada vez más preparados, más humanos y más comprometidos.
Actualmente, se postura como presidenta del COF de Las Palmas. ¿Qué objetivos se plantea si consigue el cargo?
Mi motivación para presentarme como presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Las Palmas es muy clara: quiero servir a la profesión. Y no lo hago sola. Me acompaña un equipo de profesionales con una enorme vocación, con los que comparto un mismo propósito: poner al farmacéutico en el centro, impulsar su desarrollo y construir un Colegio más abierto, moderno y útil.
Esto no es solo un compromiso. Es una pasión. Una pasión que nos impulsa a dar siempre lo mejor de nosotros mismos por una farmacia que avance, que innove y que se adapte a los nuevos tiempos. Porque hoy, más que nunca, necesitamos una institución que represente de verdad a sus colegiados, que escuche sus necesidades y que sea capaz de proyectar el futuro desde la solidez del presente.
Nuestro lema lo resume todo:
Renovación y futuro para las farmacias de Las Palmas. Farmacia Avanza.
Y si tuviera que sintetizar nuestra filosofía en una sola frase, diría:
“Es el momento de representar a nuestra profesión desde la cercanía, la escucha activa y el compromiso real. Porque el cambio no solo es necesario: es nuestra oportunidad.”
El Colegio debe ser una institución viva, útil, transparente y participativa. Por eso, nuestro proyecto se articula en torno a 9 ejes fundamentales:
- Transparencia y buena gobernanza.
Es fundamental recuperar la confianza de los colegiados. En los últimos años se han tomado decisiones importantes —cambios de equipos, de funcionamiento, de estructura— que no han estado debidamente explicadas ni reflejadas en el portal de transparencia. Queremos abrir el Colegio, racionalizar sus recursos y reducir gastos superfluos para que eso se traduzca en un ahorro real para todos los colegiados. - Fortalecimiento de las vocalías y de la representación territorial.
El desarrollo de las vocalías es clave para profesionalizar y capacitar a todos los colegiados. Durante los últimos tiempos, han sido las grandes olvidadas, y nunca han sido una prioridad. Nosotros sí creemos en ellas, y vamos a impulsarlas como pilar de participación y especialización. - Modernización y digitalización del COFLP.
Es el momento de dejar atrás la inercia. La transformación digital no puede esperar más. Propondremos herramientas, procesos y espacios digitales útiles y accesibles para facilitar la vida profesional del colegiado, con una gestión moderna y eficaz. - Apoyo integral al farmacéutico.
Impulsaremos planes de formación continuada, acreditada y adaptada a las necesidades reales de los profesionales. Reforzaremos la relación con el Servicio Canario de Salud, defenderemos el papel del farmacéutico adjunto y trabajaremos activamente para visibilizar y apoyar la labor del farmacéutico rural. - Innovación y futuro profesional.
Apostamos por el emprendimiento, por el desarrollo de nuevas especialidades, por la formación en gestión y liderazgo, y por abrir el Colegio a la colaboración con la industria y otros actores del sector. Porque avanzar es también colaborar, y dejar atrás viejos prejuicios. - Bienestar del farmacéutico.
Impulsaremos un plan integral de bienestar profesional, colaborando con centros deportivos, fisioterapeutas y clínicas. La salud del profesional también importa, y desde el Colegio debemos cuidarla. - Formación aplicada e innovación tecnológica.
Queremos implementar herramientas basadas en inteligencia artificial dentro del Colegio, promoviendo su uso responsable en la farmacia diaria, siempre desde el respeto a los códigos deontológicos, la ética, la seguridad y la LOPD. - Relación institucional y colaboraciones estratégicas.
Mejoraremos la interlocución con la Administración, promoveremos acuerdos con universidades, sociedades científicas y otros colectivos sanitarios, y desarrollaremos convenios que fomenten el crecimiento y la visibilidad del farmacéutico en todos los ámbitos. - Mejora de las infraestructuras y recursos del COFLP.
Contamos con un equipo humano excelente dentro del Colegio, pero no se ha aprovechado todo su potencial. Queremos crear espacios como zonas de coworking, recuperar la asesoría jurídica colegial y actualizar los protocolos para incidencias con medicamentos, en coordinación con AEMPS, el departamento de Ordenación Farmacéutica y un servicio propio de apoyo profesional.
Tenemos la energía, la experiencia y la voluntad de trabajar con honestidad, cercanía y transparencia. Porque el Colegio debe ser la casa de todos, y estamos preparados para abrir sus puertas de par en par.
PLAN B:
- Recuperar servicios en el colegio.
- Dar protagonismo a las vocalías.
- Trabajar más la transparencia.
- Impulsar el futuro de nuestra profesión con visión y estrategia.
- Fortalecer la comunicación digital.
- Reforzar nuestra presencia en redes sociales.
- Modernizar procesos, y generar espacios virtuales (como charlas, espacios de coworking) que nos permitan seguir creciendo juntos, sin importar dónde estemos.
Nuestro compromiso es:
- Somos un equipo joven pero con experiencia, comprometido con la mejora continua del COFLP.
- No tenemos intereses personales, sino vocación por nuestra profesión y por el bienestar de todos los colegiados.
- Apostamos por un COFLP moderno, útil, transparente y que escuche a todos sus miembros.
¿Cree que se realizan suficientes campañas informativas?
Si hablamos de campañas sanitarias de concienciación ciudadana, creo que NO. Todo trabajo que se pueda hacer desde las instituciones, la industria y por supuesto desde el propio COFLP, deben ser bienvenidas. La concienciación sobre la salud es crítica para que tengamos una población promedio más sana.
Es por ello, que debemos esforzarnos cada día en educar, acompañar y asesorar a nuestros clientes pacientes en la farmacia.
¿Está satisfecha de la colaboración entre colegios farmacéuticos? ¿Podría mejorarse en algún aspecto?
La colaboración entre colegios es buena. Tal vez no todo lo coordinada que debiera. Porque como ya dije antes, soy muy autoexigente y sin duda este será también un pilar de mi trabajo al frente del COFLP.
La colaboración entre vocalías de diferentes Colegios, como he demostrado en la Vocalía de Dermofarmacia estos años, creo que puede ser un buen ejemplo de cómo mejorar esta colaboración de la que me preguntas.
Aquí la voz del Consejo General de Colegios Oficiales de farmacéuticos tiene mucho que decir. El Consejo es el Órgano que canaliza y capitaliza en su conjunto, y a través de sus vocalías nacionales y otras áreas esa colaboración. En mi caso, como presidenta, si ganamos estas elecciones, ayudaré y colaboraré con el Consejo en mejorar este punto.
¿Qué otros objetivos tiene a corto y largo plazo?
En un tono más personal, seguir disfrutando de mi profesión, de mi familia y amigos. Son ellos los que me ayudan a llevar el día a día de todo el trabajo que desarrollo.
Así como seguir con el desarrollo de otras actividades profesionales en las que trabajo.
