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Entrevista a Juan Toral

Ishoo Budhrani nos aporta una entrevista al conocido médico y eDoctor Juan Toral, con el que indagamos sobre el cáncer y el mundo de la medicina en las redes sociales. 

¿Quién es Juan Toral?

Pues espero que Juan Toral sea una buena persona, al menos eso intento. Juan Toral es un padre que se desvive por su hija Daniella, un marido que ama a su mujer Miriam, un hijo que ha intentado devolverle a sus padres todo lo que han hecho por él, amigo de sus amigos. Inconformista por convicción, siempre con un reto por delante, con ideas en la mente, con un plan para ejecutar.

Me defino profesionalmente como médico de Urgencias y de personas de 0 a 100 años, de esos que miran a los ojos y escuchan. 

Siempre digo lo mismo: he tenido la suerte de nacer y ser de Úbeda, de haber estudiado en una ciudad con tanta solera e historia como Granada, de haber echado los dientes como médico en Málaga donde hice la residencia y de haber echado raíces en un sitio tan maravilloso como Las Palmas de Gran Canaria. 

Creo firmemente en el poder de las nuevas tecnologías como una herramienta de utilidad para mejorar la salud de las personas. En los últimos años estoy percibiendo como la vida se ha medicalizado en exceso y que la relación médico-paciente se ha desvirtuado un poco... y en contra de lo que pueda parecer, creo que el mundo de Internet y las redes sociales puede convertirse (si se usa de manera correcta) en una buena herramienta para que las personas se conciencien de la necesidad de involucrarse en estilos de vida saludables y en mimar la salud, el bien más preciado que tenemos. 

Por tierra, aire o mar. Intento divulgar por encima de mis posibilidades escribiendo artículos, grabando videotutoriales, dando charlas... Para disfrutar de este regalo que es la vida hace falta salud y suerte. Yo soy de los que piensa que la suerte se busca aunque nunca viene mal tenerla, y que la salud, hay que cultivarla y fomentarla con una buena alimentación, un equilibrio entre la mente y el cuerpo, un buen descanso, las relaciones interpersonales y el ejercicio físico. Cada vez intento alejarme más de la simple dispensación de medicamentos en busca de una relación médico-paciente bidireccional en la que todas las partes estén motivadas en buscar el mismo fin.

En su día, fui reconocido como uno de los 30 eDoctores más influyentes de España por el portal “La eSalud que queremos” y en esas seguimos, intentando aportar cosas con un enfoque de humor, vitalidad y optimismo. No solo se hace medicina en la consulta: durante 2 años fui asesor médico de la serie de TVE “Centro Médico”, estuve en un reality de supervivencia extrema (La Isla) donde fui como médico, me cuelo en ocasiones en los medios de comunicación para tratar temas de salud... no solo con bata y fonendo percibo mi trabajo. De hecho, si hay algo que me caracteriza es ser un médico con barba y pajarita.

Me gusta hacer cosas diferentes y embarcarme en nuevos proyectos. Uno de ellos es intentar hacer ver a la gente la necesidad de hacer un buen uso de las Urgencias y los recursos sanitarios, que aunque parezcan infinitos, no lo son. Sé que es un tema con difícil solución ya que aunque exista mucha demanda y deseo de inmediatez, también es cierto que los recortes y el desmantelamiento que ha ido sufriendo la Atención Primaria y lo faraónico en lo que se convierten los circuitos para ser atendidos por otros especialistas, hace que en muchas ocasiones se abuse de ir a Urgencias. Con la idea de concienciar de hacer un buen uso de las Urgencias, publiqué un libro “33 consultas médicas para morirse...de risa” donde precisamente relaté 33 consultas reales pero descabelladas y graciosas que servían para compartir recomendaciones para mejorar la salud. Ha sido un libro que me ha dado mucho, mi primera inmersión en el mundo literario. La obra va por la tercera edición, se han vendido más de 4000 ejemplares y este Febrero de 2020, recibí el Premio Círculo Rojo de la mano de Miriam Díaz Aroca y Luis Larrodera, lo que fue el colofón a un libro con alma, ya que parte de los beneficios van destinados a la investigación de la Acidemia Propiónica. 

Juan Toral es un médico que se siente huérfano político, que cree que la Sanidad se ha usado como una herramienta que da votos pero a la que nadie cuida. 

Concibo la vida como el disfrutar de las futuras metas. En mi cabeza hoy en día rondan varias: tener un programa de televisión sobre salud, desarrollar un proyecto de telemedicina con algún hospital privado (lo he intentado en la Pública pero siempre hay una excusa por respuesta), vivir una experiencia laboral en el extranjero... Y aunque seguro que fracasaré millones de veces, terminaré encontrando nuevos caminos y seguiré aprendiendo, que a fin de cuentas es lo importante.

2. ¿Cómo empezaste en el mundo de la medicina, y tu experiencia?

Pues como dice el poeta...se hace camino al andar. Me han preguntado varias veces cómo empecé en esto de la Medicina y sigo sin tener muy clara la respuesta. Nadie en mi familia había estado antes vinculado con el tema de la salud. De pequeño no me había imaginado lo de ser médico, no era ningún plan que tuviera en mente. En el Instituto era de tener muy buenas notas, en Bachillerato me matriculé en Ciencias...y tras Selectividad tenía la nota suficiente como para elegir Medicina y eso que hice. 

Ahora bien, la carrera fue un poco suplicio. Tuve la sensación de no aprender Medicina, simplemente memorizaba para intentar obtener la nota de corte para aprobar los exámenes. Estuve a punto de dejar la carrera, sentía que no me gustaba lo que estaba haciendo...

Al finalizar los 6 años, tuve otra crisis existencial. Quería ser médico forense, pero la fecha de las oposiciones se adelantó, se me descuadraron los esquemas mentales ya que no quería quedar a la espera de una próxima OPE sin fecha, así que a mitad de verano me puse a estudiar para presentarme al MIR.

Afortunadamente conseguí plaza para hacer Medicina Familiar y Comunitaria en Málaga, y lo que antes habían sido dudas, se convirtió en un amor platónico. En esos 4 años de residencia me enamoré hasta las trancas de mi profesión hasta convertirse en una pasión. Cuando uno disfruta con lo que hace se nota. Yo me lo pasé “pipa” esos cuatro años, fue un máster de vida. Como recompensa terminé con el galardón del segundo mejor expediente entre todos los MIR de la Provincia de Málaga.

Desde el 20 de mayo de 2009 soy y me siento médico y hoy sigo manteniendo la pasión por lo que hago. Es cierto que son muchas horas de vuelo, que las guardias cada vez se hacen más largas y que las de 24 horas se están convirtiendo en un Everest, pero disfruto con lo que hago, disfruto con los retos, con los casos complicados, con las buenas evoluciones y con el trabajo en equipo bien hecho. De verdad que creo que tengo la suerte de trabajar en lo que me gusta y que mi profesión es una de las más bonitas del mundo.

3. ¿El mundo de las redes sociales actuales son positivas? ¿cómo?

Pues parece que como médico online que soy tengo que decir un SÍ rotundo, pero no es así. Creo que, si se saben utilizar y le sabemos sacar el jugo, las redes sociales son una gran herramienta para informarnos, para estar conectados, actualizados, para compartir información.

Ahora bien, el gran potencial que tienen también puede volverse en nuestra contra. Estamos creando una sociedad cada vez más superficial donde vivimos buscando el like, donde hemos dejado de tener amigos para tener seguidores. 

Las Redes Sociales han dado una imagen de falso éxito que la gente busca sin importar el contenido, sobre todos los niños, adolescentes y las personas más frágiles. Luego está el anonimato: es muy fácil crear un perfil falso y criticar, incitar al odio y destruir. 

Personalmente he llegado a la conclusión de que las Redes Sociales son una pequeña muestra sesgada de la población. Creo que en nuestro día a día, en la calle, somos mucho mejores personas, más solidarios...pero si hacemos caso sólo a las redes, podemos tener una imagen desvirtuada de la realidad.

A mi me costó bastante adaptarme a las reglas del juego. Yo estoy para intentar transmitir mensajes positivos, consejos, dar recomendaciones para que la gente tenga más información en su mano para intentar mejorar su salud...pero cuesta prepararse para la crítica. Afortunadamente y para mi higiene mental, he ido evolucionando en Redes y cada vez más, intento separar el polvo de la paja: quedarme con lo bueno, con los que me aportan, con la gente que suma, silenciar y dejar a un lado el ruido que hay, que cada vez parece retumbar con más fuerza.

4. ¿Tu vivencia personal en el mundo de la oncología cuál ha sido?

Afortunadamente hoy, mis seres queridos y cercanos están limpios de esta cruel enfermedad que tanto marcó mi infancia.

Mi abuelo ha sido uno de mis ídolos. Desde que tengo memoria, su figura ha sido uno de los ejemplos a seguir: recuerdo su sabiduría, su conversación, cómo venía al colegio para recogernos (a mi hermana, a mi y a mi primo) para llevarnos a nuestras casas; cómo los viernes por la tarde y los domingos nos juntábamos todos los primos en casa de mis abuelos para jugar en la calle, algo que ya no se hace. Mi abuelo era una fuente de buenos consejos, una buena persona... que se fue antes de tiempo, el cáncer nos arrebató más años de poder disfrutarlo.

Yo era pequeño (tenía 9) cuando mi abuelo dejó de ser la persona que yo conocía. Dejó de salir, perdió peso, apenas hablaba...hasta que se quedó encamado. Yo recuerdo la información difusa que me daban con cuentagotas. Con aquella edad no sabía que el diagnóstico era cáncer, pero sí recuerdo que sabía que estaba enfermo y que algo malo iba a pasar. Dejamos de vivir en mi piso y nos fuimos una temporada a casa de mis abuelos.

Recuerdo esa tarde de un martes lluvioso del 22 de enero, eran las 17:00h y salíamos del colegio cuando me recogió en coche una persona que no era mi padre. No hicieron falta muchas explicaciones, recuerdo esa tensión, esos ojos humedecidos y los instantes posteriores donde viví por primera vez la muerte de un ser querido de cerca. 

El cáncer nos quitó la posibilidad de disfrutar bastantes más años de mi abuelo, pero ni el paso del tiempo ni la enfermedad han conseguido hacer olvidar a una gran persona como él.

5. ¿Cómo debería de ser una colaboración médico - farmacéutico en la oficina de farmacia en un paciente oncológico? ¿Y la derivación desde la oficina de farmacia a atención primaria o viceversa?

Pues creo que esta comunicación debería ser mucho más fluida, pero también creo que el entorno que habilita la Administración no lo facilita nada. A día de hoy es prácticamente una quimera que haya un flujo de información entre compañeros: dos hospitales en una misma ciudad con diferentes programas informáticos, pérdida de información, difícil conexión entre médicas/os y enfermeras/os, conexiones que se difieren a lo remoto entre especialistas de Atención Primaria y especialistas de Hospital... con ese panorama que resulta casi analógico, plantear un flujo de comunicación entre la Farmacia del barrio que tan bien conoce a las personas que allí viven y el Centro de Salud, es una necesidad que por desgracia, creo muy difícil que se consiga en un corto plazo.

Luego están las reticencias mentales. Espero que nadie se ofenda con esto, pero a veces pienso que tenemos miedo a que otras personas copen competencias que creemos nuestras: el médico es reticente a que enfermería recete ciertos productos, enfermería es reticente a que el personal de Farmacia haga algún aporte o recomendación... Creo que todos estamos en el mismo barco y que todos tenemos información desde una vertiente diferente de un mismo paciente. Si se generara un entorno de confianza, creo que se podrían obtener mejores resultados. Pero por desgracia creo que a día de hoy es inviable: las agendas son asfixiantes, el tener que doblar cupos, el ver como no se cubren bajas o permisos y hay que asumir el trabajo de otros... todos estos detalles terminan convirtiendo el trabajo diario en un ejercicio de supervivencia, y ese sentimiento bélico de intentar sobrevivir al trabajo, hace que terminemos recelando de las personas que están próximas a nuestra parcela, que terminan viéndose como rivales en vez de como aliados. 

Sería perfecto disponer de una hora a la semana para que el personal de la Farmacia pudiera dialogar con los profesionales de los Centros de Salud, para que ambos compartieran experiencias y buscar puntos de apoyo para mejorar.

¿Cuál es la situación actual del cáncer?

Pues por desgracia creo que el cáncer es otra de las grandes pandemias mundiales. Quizás sea el precio a pagar a la mayor esperanza de vida que hemos ido ganando, que el precio de estos años y de convivir con factores de riesgo (ambientales, estrés, alimenticios...) terminen cobrándose factura con el incremento de casos de tumores.

Personalmente creo que dentro de unas décadas, no es que el cáncer pase a ser historia, pero sí pueda ser una enfermedad residual gracias a los avances de la ciencia, de las células madres, de las terapias genéticas... Seguramente seamos capaces de mejorar los diagnósticos preclínicos, identificar las mutaciones en los oncogenes, potenciar el diagnóstico genético etc. y adelantarnos con terapias menos invasivas y con mayores tasas de curación. 

Hoy estamos más cerca de conseguirlo, pero el camino es largo. Hace falta potenciar la investigación, invertir en ciencia e investigación... y por desgracia los gobiernos mundiales viven obsesionados con la inmediatez de sus 4 años de mandato. Hacen falta tomar decisiones en salud a más largo plazo, recursos, inversión... Con la quimioterapia me pasa como con las terapias que se usaban antiguamente, como por ejemplo las sangrías: en su día mejoraban los resultados existentes, pero el paso del tiempo las hizo quedar obsoletas. Quizás nuestra generación no vea la eclosión de la cura del cáncer, pero estoy seguro de que la ciencia dará respuestas, aunque luego aparecerán otras nuevas patologías que supondrán nuevos retos.

¿La covid de qué manera ha afectado al Cáncer?

Por desgracia la covid-19 ha puesto de manifiesto las costuras del sistema. Durante años hemos repetido como un mantra que teníamos la mejor sanidad pública del mundo, pero no es así. Tenemos a unos grandes profesionales que dan siempre lo mejor que tienen, pero la covid ha demostrado que a nivel organizativo y de recursos, estamos muy lejos de ser los mejores.

La primera ola nos pilló con el pie cambiado, pero la respuesta que se ha dado en la segunda y la que me temo que se dará en la tercera y en la cuarta pone de manifiesto que hacen falta menos políticos o que las decisiones que se tomen no sean meramente partidistas a unos intereses políticos sino científicos.

Por desgracia, ha sido un desastre cómo se ha abordado el problema: no sólo han colapsado las UCIs sino que se han sobrecargado de tal manera los centros de salud con labores administrativas y haciendo que sean un campamento de rastreadores para lo que no han sido entrenados. 

Los profesionales de los centros de salud han trabajado más que nunca, están desbordados, quemados, frustrados, pero lo peor es que ese trabajo no ha sido realmente eficiente. Personalmente creo que no corresponde a la Atención Primaria ser el bastión del rastreo y seguimiento de las sospechas del covid-19. Se podía entrenar y capacitar a personal con motivación y formación e integrar a otras especialidades (internistas, epidemiólogos...) para que los centros de salud pudieran seguir con su labor asistencial hacia su comunidad. Es cierto que la sala de espera de un hospital o de un centro de salud se convierte en unos de los principales focos de contagio del covid-19. La importancia de un buen filtro telefónico ante una sospecha, una pronta toma de muestra y disminuir la incertidumbre puede descargar las salas de espera, que pese a las recomendaciones que se han hecho, hacen y harán, por desgracia se llenan de personas con sospecha y temor por tener el coronavirus.

Este miedo a poder contagiarse ha hecho que en ocasiones, ciertos síntomas inespecíficos (cansancio, pérdida de peso, aparición de estreñimiento...) se hayan demorado en ser consultados. Si le sumamos que las agendas están colapsadas con valoración-seguimientos de pacientes covid-19, la asistencia y realización de pruebas se ha podido ver retrasada en muchos casos, con el consiguiente drama que supone llegar tarde y no hacer un diagnóstico precoz. Luego está el modo pausa en el que ciertos programas de cribado a la población se han visto detenidos.

Soy un ferviente defensor de la telemedicina como una herramienta muy útil. Pero es que nos han vendido una telemedicina que no es tal. Telemedicina no es una línea telefónica a modo de consultorio. Telemedicina es un entorno digital con los medios y herramientas necesarias para que la relación médico-paciente sea fructífera, que se pueda hacer un seguimiento y un amplio estudio. Bien utilizada es una herramienta que puede ser un complemento ideal para que personas con un sistema inmunitario debilitado, eviten el transitar y esperar en salas de espera...Pero es imposible dar una calidad de telemedicina, cuando lo que se hace es un simple locutorio, cuando el programa informático se queda colgado cada dos por tres, cuando desde admisión te doblan citas y se colapsa la agenda.

¿Tus principios básicos para que un farmacéutico ayude al paciente y su cuidador en la oficina de farmacia son? ¡danos 5 tips!

Empatía.

Escucha activa.

Supervisión e identificación de pacientes polimedicados para intentar contactar con su médico/a para revisión y optimización del tratamiento.

Anteponerse a posibles trastornos depresivos-caídas-anciano frágil.

Vínculo con trabajadora social para personas especialmente vulnerables

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