El consejo especializado en probióticos y microbiota es una oportunidad clara para consolidar la farmacia comunitaria como centro de referencia sanitario.
Artículo realizado por Miguel Uribe Arango, director de FarmaXperts; Cristina Fente Sampayo, Dra. en Farmacia, catedrática de Nutrición e investigadora en microbiota y probióticos, y Cristina Lucas, farmacéutica y fundadora de Farmaval.
Desde la farmacia nos enfrentamos a desafíos crecientes y, en un mercado cada vez más competitivo, donde las parafarmacias online y las grandes superficies presionan márgenes y fidelización, emerge una oportunidad clara para recuperar y consolidar la farmacia comunitaria como centro de referencia sanitario: el consejo especializado en probióticos y microbiota.
Sin embargo, la realidad del sector revela una brecha preocupante entre la demanda creciente de la población y la preparación real de los equipos farmacéuticos.
Antes de empezar, vamos a definir los conceptos fundamentales: ¿Qué son los prebióticos y los probióticos?
“Los prebióticos son el alimento que necesitamos para mantener vivas y activas a nuestras bacterias buenas, mientras que los probióticos son esas bacterias vivas que, al tomarlas en la cantidad adecuada y en el contexto correcto, pueden ayudarnos a restaurar el equilibrio de nuestra microbiota”, explica Cristina Fente, especialista en microbiota. La relevancia de este conocimiento trasciende la simple dispensación: “la microbiota influye en la digestión, defensas, piel, estado de ánimo e incluso en cómo respondemos a infecciones o medicamentos”.
Una realidad incómoda: la improvisación en el consejo
La fotografía actual del sector revela una realidad preocupante: “si somos honestos, muy pocos equipos farmacéuticos están realmente preparados para ofrecer un servicio de consejo especializado en microbiota”, explica Cristina Fente, doctora en farmacia y catedrática de la Universidad de Santiago de Compostela. “La mayoría improvisa, se basa en la ficha comercial o en la marca más popular, en vez de adaptar el consejo a la evidencia real y la individualidad clínica del paciente”.
Esta afirmación cobra especial relevancia cuando consideramos que la demanda de probióticos y prebióticos en farmacias comunitarias ha aumentado un 9% en el último año, alcanzando máximos históricos, mientras que los profesionales siguen sin las herramientas adecuadas para capitalizar esta oportunidad.
Entender y cuidar la microbiota del paciente significa invertir directamente en salud a todos los niveles, pero también en la reputación y sostenibilidad económica de la farmacia.
Más allá del stock: la trampa del inventario sin criterio
“Ya tengo muchos probióticos en la farmacia” es una frase común entre titulares, pero que revela un malentendido fundamental. Tener veinte productos diferentes no garantiza ayudar al paciente con diarrea por antibióticos o cistitis recurrente si no se sabe cuál es el correcto para cada caso específico.
No todas las cepas sirven para todos los casos. La evidencia científica es clara sobre cuál cepa funciona en cada indicación. Lactobacillus rhamnosus GG para diarrea asociada a antibióticos, Lactobacillus rhamnosus Lcr35 para salud íntima femenina, o Bifidobacterium longum 35624 para síndrome del intestino irritable no son intercambiables.
Como señala Cristina Fente: “si no sabes identificar el caso y la cepa adecuada, el paciente no mejora y la credibilidad de la farmacia se resiente. La clave no está en el volumen de stock, sino en el conocimiento aplicado con criterio y rigor científico”.
La diferencia entre dispensar y asesorar
Existe un abismo entre una farmacia que “dispensa probióticos” y otra que tiene implantado un servicio de consejo especializado. La primera responde a demanda puntual y compite por precio; la segunda fideliza, ayuda realmente al paciente y construye reputación sanitaria.
Un servicio estructurado marca la diferencia entre recomendar por intuición o por lo que nos ha explicado el delegado, y hacerlo basándose en evidencia científica y conocimiento profesional.
Cuando el consejo está integrado como servicio específico, todo el equipo sabe cómo, cuándo y qué recomendar… y, lo más importante, por qué recomendar un producto en cada situación. “Eso lo nota el paciente y confía más en su farmacia”, afirma Cristina Lucas, experta en implantación de servicios farmacéuticos.
Los tres pilares del éxito
La implementación exitosa de un servicio de consejo en probióticos requiere tres elementos imprescindibles:
1. Formación basada en evidencia y práctica: no basta con un curso aislado. La formación debe incluir escenarios reales, casos clínicos y actualización constante sobre nuevas cepas y evidencias.
2. Protocolos de actuación sencillos pero claros: un plan de actuación en el mostrador que permita al equipo identificar rápidamente el caso clínico y la recomendación apropiada, desde consultas sobre digestión hasta migrañas y estado de ánimo.
3. Sistema de seguimiento y feedback: acompañamiento y supervisión del progreso de todo el personal de la farmacia, creando espacios recurrentes donde el equipo participe, aprenda de los casos atendidos y mejore constantemente su conocimiento y el servicio.
Sin estos pilares, advierte Cristina Lucas, “es fácil volver a la rutina antigua” y que la inversión en formación se diluya sin generar el impacto esperado.
El triple impacto en la farmacia
Un servicio bien implantado genera un impacto triple que transforma la farmacia:
• Para los pacientes: reciben consejo profesional basado en evidencia, obtienen resultados tangibles y desarrollan confianza hacia la farmacia como referente sanitario.
• Para el equipo: se sienten motivados y orgullosos porque perciben que marcan la diferencia real en la salud de las personas, lo que mejora su satisfacción laboral y compromiso.
• Para la farmacia: refuerza su prestigio y profesionalidad como agente de salud y asegura un incremento sostenido en sus resultados económicos. Los pacientes vuelven y recomiendan, creando un círculo virtuoso de crecimiento.
De ventaja competitiva a requisito básico
La pregunta no es si implementar un servicio especializado en probióticos será útil, sino cuándo se convertirá en un requisito mínimo para mantener la relevancia en la comunidad.
Con la evolución de la evidencia científica que nos revela la influencia de la microbiota en situaciones que hace unos años ni siquiera hubiéramos sospechado, el consejo experto en probióticos está dejando de ser una ventaja temporal para convertirse en una expectativa básica del paciente, con más de 78 indicaciones con evidencia en situaciones que van desde la salud digestiva, pasando por patologías de la piel, deporte, migraña e incluso estado de ánimo. Los probióticos se convierten en una herramienta real para ayudar a nuestros pacientes en la farmacia.
La decisión que marcará el futuro
El paciente actual busca consejo profesional, resultados tangibles y confianza: o los encuentra contigo, o irá a buscarlos a otro sitio. Las plataformas online, las consultas en redes sociales y la competencia especializada no esperan.
Cuando solo el titular domina el servicio pero el resto del equipo no está al mismo nivel, el potencial se limita a su horario de presencia. La fuerza del servicio está en que todos puedan ofrecer el mismo nivel de consejo en cualquier turno.
Implantar un servicio de consejo especializado en probióticos no es solo una decisión comercial; es decidir ser protagonistas del cambio en lugar de espectadores de la transformación del sector. Es apostar por recuperar el rol sanitario que siempre ha definido a la farmacia comunitaria y diferenciarse de las grandes superficies y la venta online.
La microbiota representa la nueva frontera del consejo farmacéutico. La pregunta es: ¿estará tu farmacia preparada para liderarla?