Haleon, compañía independiente líder mundial en Consumer Healthcare, ha presentado los resultados para España del V Barómetro del Dolor en el marco del 23º Congreso Nacional Farmacéutico que se celebra estos días en el Palacio de Congresos de Valencia. La quinta edición del de este informe (HPI por sus iniciales en inglés, Haleon Pain Index) sugiere que, si bien las actitudes hacia el dolor en la sociedad postpandemia son ahora más críticas y menos tolerantes, España puede presumir de ser el país analizado con menos prejuicios y tabúes a la hora de afrontar la comunicación y la externalización de las dolencias físicas cotidianas.
Al hilo de las advertencias sobre la soledad, el aislamiento social y su impacto en la salud pública realizadas por la Organización Mundial de la Salud3 en la primavera de 2023, Haleon ha compartido los aprendizajes de este estudio, que lleva casi una década explorando el impacto real que el dolor tiene en la vida de las personas, durante una sesión técnica centrada en el dolor que ha contado también con la participación de Miguel Angel Rodríguez López, responsable de Asuntos Corporativos de Haleon, Eloi Merencio Naurin, farmacéutico comunitario de Barcelona, y Mª Carmen Mijimolle Cuadrado, vocal nacional de Ortopedia del Consejo General de Colegios Farmacéuticos.
Un estigma que provoca la exclusión social
El Barómetro del Dolor de Haleon 2023, realizado a través de una muestra de 18.097 personas de 18 países, refleja que las personas con dolor se sienten excluidas socialmente. En España, la mitad de las personas que padecen algún tipo de dolencia física, un 48%, se siente estigmatizada a causa de esa condición. Así mismo, el 61% de los españoles que sufren dolor se ven a sí mismos menos sociables que las personas en mejores condiciones. O al menos consideran que sus ganas de compartir momentos con los demás son más reducidas. Por ello, caso la mitad de los encuestados reconocieron autoaislarse socialmente, encerrarse en sí mismos y no compartir su dolor por ese miedo a ser juzgados, criticados, considerados más débiles y otros estigmas sociales.
En 2023, un 92% de los españoles mayores de edad afirma haber sufrido algún tipo de dolencia física.
Los españoles, los menos reacios a hablar de dolor
En líneas generales, y aunque el 30% de los encuestados españoles consideran que hoy en día el dolor sigue viéndose como una cuestión de la que es mejor no hablar, España es el país donde el dolor es menos visto como un tabú y donde existen menos prejuicios para abordarlo de manera abierta.
Frente al 39% mundial, España se sitúa en el extremo inferior de una pirámide en la que ciudadanos de países como Alemania (36%), Francia (38%), Estados Unidos (39%) o Reino Unido (40%) ven más problemático compartir que sufren dolor. En el extremo opuesto a España, Malasia (51%) e India (50%) son los países en los que la mitad de su población no se atreve a hablar de dolor físico y lo ven como un tabú o estigma social.
El dolor, una huella que no es igual para todos
El Barómetro del Dolor también revela que las personas que ya sufren prejuicios, discriminación y exclusión en la sociedad son, de facto, las más afectadas por este endurecimiento de la percepción externa del dolor ajeno.
En nuestro país el 47% de las mujeres, el 61% de las personas de raza negra y el 57% de las personas pertenecientes al colectivo LGTBIQ+ afirmaron sentir que su dolor había sido tratado de forma diferente, no se les había creído o se les había discriminado, frente al 41% de los hombres, al 43% de las personas blancas y al 43% de los heterosexuales.
El estudio también revela una marcada división generacional en la forma en que las personas comparten que sufren dolor, lo que sugiere que los pacientes más jóvenes son los que más dificultades tienen para dar a conocer su situación y acceder al tratamiento.
Así, el 69% de la Generación Z (nacidos desde mediados o finales de la década de los 90 hasta mediados de la década de los 2000) afirma sentir que su dolor ha sido tratado de forma diferente, no se le ha creído o se ha sentido discriminado por su edad, frente al 29% de los Baby Boomers (la generación de españoles nacidos en los años 60 y mitad de los 70).
La mitad de la Generación Z (47%) afirma que sentir dolor es demasiado tabú como para hablar de ello, veinte puntos porcentuales más que la opinión expresada por la generación Baby Boomer.
Existe así una brecha generacional que nos está indicando que las próximas generaciones no están encontrando la manera de compartir algo tan necesario como su dolor físico. Y esto está teniendo serias consecuencias en su salud emocional.
El papel fundamental del farmacéutico ante el tratamiento del dolor
Pese a que España se sitúa en la media mundial de personas que aseguran tener dificultades para acceder a un médico o doctor y tener una conversación en persona sobre su dolencia (38% en España frente al 39% a nivel mundial), en nuestro país solo dos de cada 10 encuestados aseguran tener problemas para poder acceder a una atención directa paciente-profesional sanitario de farmacia (frente al 38% de media mundial).
Esto sitúa a Espala muy por encima de países como Canadá (con un 42% de pacientes incapaces de tener esta vía de contacto), Alemania (43%) o Reino Unido (53%), donde manifiestan tener una peor asistencia sanitaria en la farmacia.
Como ya pasó con la Covid19 y la pandemia, el farmacéutico se erige como un pilar fundamental del sistema nacional de Salud español, confirmando su posición de punto de
referencia para pacientes e identificando éstos al profesional que trabaja tras el mostrador de una farmacia como un experto en salud al que acudir, consultar y confiar situaciones que, en otros ámbitos de la vida, prefieren callar y que provocan aislamiento o soledad. La farmacia juega así un papel crucial ante el deseo del 66% de los encuestados españoles (cuatro puntos por encima de la media mundial) de recibir más apoyo social cuando sufren dolor.
Para el responsable de Asuntos Corporativos de Haleon España: “El conocimiento experto del profesional farmacéutico resulta crucial para el paciente con dolor que se siente inseguro o temeroso a la hora de abordar este tema. Al comprender las complejidades físicas, emocionales y sociales que rodean al paciente, se proporciona un espacio seguro que le hace sientan comprendidos y apoyados, disminuyendo así la sensación de aislamiento y estigma que a menudo acompaña al sufrimiento del dolor. La empatía y la escucha activa son cualidades distintivas y valiosas en un farmacéutico y es obligación de todo el sector de Salud colaborar estrechamente para que su rol se vea fortalecido y engrandecido”.
Es el caso de la iniciativa #ListenToPain, un programa de Haleon que proporciona recursos para ayudar a los profesionales sanitarios a mejorar la comunicación con los pacientes y a mantener una conversación centrada en el dolor y adaptada a cada persona. Este programa, disponible en el portal profesional de Haleon para personal sanitario, https://www.haleonhealthpartner.com/es-es/, pone a disposición numeroso materiales educativos que engloban diferentes enfoques farmacológicos, tendencias en el manejo del dolor y el papel de la recomendación, además de contar con el apoyo de profesionales de todo el mundo. Con la continuidad de la atención, comprender realmente cómo puede cambiar el dolor con el tiempo significa que las estrategias de tratamiento del dolor pueden evolucionar y ser más eficaces a largo plazo.
