El pasado martes se celebró en el Ateneo de Madrid el 50 aniversario de AEFLA (Asociación Española de farmacéuticos de Letras y Artes), una gala conducida por Manuela Plasencia, secretaria de la asociación, a la que asistieron cerca de un centenar de farmacéuticos y en la que recordaron el medio siglo de historia de la asociación.
En su discurso de bienvenida, Margarita Arroyo, presidenta de AEFLA, destacó “la ilusión y el trabajo en equipo que ha definido a la asociación, con un deseo de unión y una meta común, ir más allá de lo puramente cotidiano y demostrar que el talante cultural del farmacéutico llega muy lejos”. También habló de su amor por la profesión, dedicó unas palabras de agradecimiento y reconocimiento a José Vélez, expresidente de AEFLA.
AEFLA tuvo su origen en una tertulia de boticarios en el año 1973, en Navaluenga (Ávila). José Luís Urreiztieta apuntó la idea de formalizar una asociación de farmacéuticos con inquietudes humanistas y que mantenían una relación frecuente y compartían su tiempo libre, escritos, poemas, ilusiones y reflexiones. Entonces eran 12 farmacéuticos y Ernesto Marco Cañizares, en aquel momento presidente de Consejo General de Colegios de Farmacéuticos. Hoy AEFLA lo forman más de 1.000 socios, que comparten el objetivo de participar, compartir, apoyar y promocionar la vertiente cultural y humanística del mundo profesional. Ahora también está abierta a profesionales no sanitarios.
La asociación publica la revista Pliegos de Rebotica, sobre la que habló Cecilio Vengas, vicepresidente de AEFLA “yo me formé gracias a la revista Pliegos de Rebotica, por lo que estaba en deuda con AEFLA, para mí y para una generación enorme de farmacéuticos fue esa ventana al humanismo dónde pudimos leer a las mejores plumas, ver a los mejores fotógrafos, a los mejores pintores, y conocer las actividades de una manera entusiasta”. Venegas destacó también el entusiasmo de la nueva junta de AEFLA, renovada en febrero de este año, y destacó la importancia de la cultura del conocimiento, y como en AEFLA están mezcladas las ciencias con las letras.
En la ceremonia estuvo presente Jesús Aguilar, presidente de CGCOF, que comenzó su discurso de agradecimiento recordando a Goya “decía Goya que la fantasía abandonada de la razón produce monstruos imposibles, unida con ella es madre de las artes y origen de sus maravillas. La farmacia es una ciencia basada en la razón y su relación con la cultura solo puede ofrecer resultados positivos. Este aniversario es un momento de poner en valor esta relación y proyectarla al futuro”.
Entrega de medallas y socios honoríficos
En la ceremonia se entregaron además los premios anuales y se hizo presidente de honor a título póstumo a Raúl Guerra Garrido y a Federico Mayor Zaragoza, farmacéutico, profesor, poeta, político y ex director general de la UNESCO, quien reconoció la labor de AEFLA como impulsora de una intensa actividad intelectual. En su discurso de agradecimiento nombró el artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que reconoce que todos los seres humanos tienen la misma dignidad “siempre hemos tenido ese predominio, ese poder absoluto masculino y la carrera de farmacia es la que ha llevado más tiempo el sello de la igual dignidad de todos los seres humanos”. Terminó su discurso con unas palabras de Miguel Hernández “caminar con el amor a cuestas”, continuando con las palabras de Margarita Arroyo en las que animaba a “seguir caminando”.
Se nombró socios honoríficos a Marisol Donis, Carmen Peña, Ana López-Casero, Daniel Pacheco, Ángel del Valle, Francisco de Borja Santamaría y Marián García “Boticaria García”, quien destacó en su discurso que la existencia de AEFLA, como institución, hace posible el vínculo entre ciencia y arte.
