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Alimentos y complementos alimenticios para la piel

La piel es un tejido muy extenso y complejo que tiene como función principal protegernos del exterior, tanto de posibles peligros físicos, químicos como biológicos (bacterias, virus, hongos, etc.). Además, también ayuda a mantener el equilibrio electrolít

Nuestra piel está formada por varias capas, todas ellas compuestas por diversas estructuras con proporciones variables de grasas, tanto saturadas como insaturadas, proteínas, como el colágeno y la elastina, glucoproteínas o glucosaminoglucanos, como el ácido hialurónico y agua. Estas sustancias, y otras, forman parte de las células epiteliales, del tejido conectivo, del líquido extracelular, etc. Y, como en todo nuestro organismo, muchos micronutrientes (vitaminas y minerales) juegan un papel importante, no tanto a nivel estructural, sino más a nivel regulador, manteniendo la piel en buen estado. Por eso es muy importante que, además de utilizar productos a nivel tópico, procuremos un buen estado nutricional y una buena hidratación vía oral.

Una buena hidratación

Una parte importante de la piel es sencillamente agua. Para retenerla en su interior hay muchas moléculas implicadas, pero a pesar de ello puede perderse parcialmente de forma relativamente fácil, dando lugar a sequedad y favoreciendo los efectos inevitables de la edad, las arrugas. Y por supuesto, más allá de lo estético, si la piel está deshidratada no podrá llevar a cabo todas sus funciones de forma óptima. Por eso es muy importante beber entre 1,5 y dos litros de agua al día, tomar unas tres o cuatro raciones de alimentos frescos, como fruta y ensaladas, y evitar el alcohol o el exceso de cafeína que pueden provocar cierto grado de deshidratación. Además, si es verano y/o realizamos un ejercicio intenso que aumenta la sudoración, debemos hidratarnos con agua, pero también con bebidas isotónicas que aporten electrolitos como el potasio, el sodio y el magnesio.

Estrategias contra el estrés oxidativo

La acumulación de radicales libres en cualquier célula de nuestro organismo tiene consecuencias negativas para el funcionamiento de las mismas y para la salud. Cuando envejecemos nos oxidamos, por eso si no cuidamos nuestra piel y favorecemos el estrés oxidativo, estaremos fomentando el envejecimiento prematuro de la misma. Para que los radicales libres no ganen terreno, hay varias recomendaciones que son imprescindibles tener en cuenta:

  • Antioxidantes en la dieta: es totalmente necesario consumir frutas y verduras frescas cada día, lo ideal es tomar unas tres piezas de fruta y una ración de verdura cruda, por ejemplo, en ensalada. Esto aportará nutrientes y otras sustancias antioxidantes naturales, además de agua adicional a la que tomemos bebida. También es importante incluir en la alimentación diaria raciones pequeñas de frutos secos y semillas pues estos aportan gran cantidad de compuestos que luchan contra los radicales libres. Sus antioxidantes se encuentran sobre todo en la piel fina que protege el fruto, por eso, en el caso de almendras, avellanas, pistachos, etc., conviene no retirar esta protección natural, que es donde se acumulan. Un puñado de almendras a media mañana, tres nueces en el yogur o una cucharadita de café de semillas de sésamo en la ensalada.
  • Actividad física moderada para activar las defensas antioxidantes endógenas: el movimiento es tan necesario como el descanso. Se sabe que el ejercicio físico moderado activa la expresión de los genes antioxidantes. Si nos movemos, se estimulan los mecanismos para que las células sinteticen moléculas como la superóxidodismutasa, el glutatión o el ácido tióctico (o lipoico). Así, los antioxidantes no solo los tomamos con la dieta, el organismo es capaz de generar algunos de ellos, y todos en conjunto luchan contra los radicales libres tanto de la piel como del resto de tejidos. En el caso de personas que realizan una actividad física intensa, como será pro-oxidante, sí es recomendable una ingesta superior de antioxidantes.
  • Eliminar hábitos tóxicos como el tabaco: obviamente también hay factores que nos pueden favorecer los procesos de oxidación celular, uno de ellos es el hábito tabáquico. Los fumadores tienen unos requerimientos más elevados de antioxidantes, con lo que deberían tomar más fruta y verdura fresca o complementar su dieta con algún producto que aporte nutrientes antioxidantes. Fumar no tiene lugar si nuestro objetivo es cuidar la piel y que se vea sana y bonita, y por supuesto, por el resto de implicaciones negativas para la salud. El tabaco cuanto más lejos mejor.
  • Evitar la exposición excesiva al sol: los excesos no son buenos en ningún contexto, así que un nivel moderado de exposición solar al aire libre es beneficioso, por ejemplo, para fabricar la vitamina D precisamente en nuestra piel, pero más allá de eso, la radiación provoca un aumento importante del estrés oxidativo. De manera que, en épocas como el verano en las que incrementamos de manera significativa las horas que pasamos al sol, debemos incrementar el consumo de antioxidantes en la dieta. La naturaleza es sabia y en esta época ofrece multitud de frutas con colores intensos que no son debidos a otra cosa más que a la presencia elevada de sustancias antioxidantes.

Otros nutrientes que no pueden faltar

Además de consumir antioxidantes, para cuidar la piel es necesario llevar una dieta equilibrada y saludable que además aporte estos otros nutrientes:

  • Colágeno: se trata de una proteína que estructuralmente es muy importante para la piel, pues ayuda a mantener sobre todo su firmeza. Pero también es imprescindible en el resto de órganos y tejidos, como las articulaciones, los tendones, etc., en los que tiene siempre una función estructural clave. El organismo fabrica el colágeno a partir de los aminoácidos que llegan a través de las proteínas de la dieta, sin embargo, no siempre puede ser suficiente. Aunque las dietas en general suelen ser suficientes o altas en proteínas, no siempre se toman las proporciones adecuadas de los aminoácidos necesarios. Para sintetizar colágeno nuestro organismo necesita mucha más cantidad de moléculas de glicina y de prolina que del resto de aminoácidos. Por eso, si estos están de forma insuficiente en la dieta, la formación del colágeno puede verse afectada. La prolina representa alrededor de un 25% del colágeno y la glicina el 20%. Por eso puede ser recomendable tomar algún suplemento de colágeno en alguna época del año también para el cuidado de la piel.

Seguir leyendo este artículo en el número 130 de la revista Farmaventas.

 

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