Reforzar los hábitos de higiene bucodental podría ayudar a disminuir la carga viral en la cavidad bucal, contribuyendo así a minimizar la trasmisión del SARS-CoV-2 y reducir el riesgo de gravedad de la enfermedad. Es la hipótesis de trabajo que pretenden verificar distintos equipos internacionales de investigación [1], con el objetivo de abrir nuevas vías de tratamiento contra una enfermedad que no dispone todavía de ninguna alternativa terapéutica eficaz.
El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid se hizo eco de las investigaciones en curso en el seminario web Medidas de salud bucal en la prevención de COVID-19, celebrado el pasado 2 de julio. A la luz de estos estudios, ha elaborado un protocolo técnico de uso profesional que incide en el refuerzo de las pautas de higiene bucodental, siendo conscientes de que, hasta ahora, el uso de la mascarilla de protección, la distancia de seguridad y el lavado frecuente de manos son los medios más eficaces de prevenir el contagio.
La información y datos contrastados hasta la fecha revelan que el coronavirus SARS-CoV-2 infecta las células a través de receptores ECA2 y que se ha observado una alta densidad de este tipo de enzimas en la cavidad bucal, sobre todo, en la lengua.
Asimismo, en la fase inicial de la infección, cuando los pacientes pueden ser asintomáticos, se ha localizado el virus en las vías respiratorias superiores: nariz, garganta y cavidad bucal. La detección del virus en la saliva indica su presencia en la boca y, por ello, la posibilidad de utilizarse como método diagnóstico menos invasivo. Dado que la carga viral está relacionada con la gravedad de la COVID-19 y la boca representa la perfecta vía de entrada para el virus, los cuidados de la salud bucal podrían evitar que la carga viral fuese muy alta y convertirse, en consecuencia, en un medio de reducir el impacto de la enfermedad.
Recomendaciones de higiene bucodental
Por ello, los farmacéuticos madrileños recuerdan las principales medidas de precaución para mantener la higiene bucodental de cara a las vacaciones estivales que se pueden consultar en la siguiente infografía. En primer lugar, se insiste en la técnica, tiempo y frecuencia del cepillado. Dos minutos en cada cepillado y, al menos, tres veces al día es la pauta recomendada.
Debe, igualmente, utilizarse un cepillo dental adecuado y de calidad, así como pastas dentífricas y colutorios con antisépticos, que ayudan a controlar los microorganismos de la cavidad bucal, pero -hay que subrayarlo- no tratan la COVID-19.
Sí se ha demostrado la acción antiplaca de la clorhexidina y el cloruro de cetilpiridinio (CPC), así como su eficacia en la prevención de infecciones respiratorias superiores por virus con envuelta lipídica (influenza, rinovirus y otras cepas de coronavirus).
Por último, se hace hincapié en la higiene interproximal, mediante el uso de hilos, sedas, cintas dentales o irrigadores bucales, así como en la limpieza de la lengua -muy importante por la alta densidad de receptores ECA2 localizados en este órgano-, para lo que se aconseja un limpiador lingual, al menos una vez al día.
