La microbiota vaginal, el conjunto de microorganismos que viven de forma natural en la vagina, tiene un papel fundamental en la salud íntima de la mujer y la prevención de afecciones. No obstante, existen distintos factores que pueden provocar su alteración como una higiene excesiva o inadecuada, el uso de dispositivos intrauterinos, el tabaco o la toma de antibióticos, los cambios en los niveles hormonales, la menstruación o las relaciones sexuales.
En estas situaciones, la protección natural que confieren los lactobacilos presentes en la microbiota vaginal también puede disminuir, aumentando el riesgo de que se produzcan problemas de salud como la vulvovaginitis provocada por cándida y la vaginosis bacteriana. El farmacéutico tiene un papel fundamental con su consejo al paciente para prevenir estas afecciones.
Ante estos desequilibrios, la doctora Ana Rosa Jurado señala que el consejo de probióticos, productos que contienen cepas de microorganismos vivos en cantidad suficiente como para producir efectos beneficiosos en el organismo, tiene un efecto positivo en los casos de vaginosis bacteriana, vulvovaginitis candidiásica o sequedad vaginal, tanto en la fase aguda como en el mantenimiento del bienestar íntimo.
“Los probióticos utilizados en estas afecciones contienen lactobacilos que han sido aislados de la microbiota vaginal y que pueden de algún modo actuar en este medio, incrementando la población y los mecanismos de defensa. De este modo contribuyen a disminuir las recidivas de las infecciones y a reestablecer el correcto funcionamiento de la vagina”.
La suplementación en dosis adecuadas con Vitamina A ha demostrado contribuir al mantenimiento y buen funcionamiento de la mucosa vaginal así como del sistema inmunitario. El aporte de esta vitamina tiene un efecto positivo en el reequilibrio de la flora vaginal, en el cuidado de las lesiones de la mucosa y de la sequedad vulvovaginal muy frecuente en edad menopáusica.