Herramientas de Accesibilidad

×

Advertencia

JUser: :_load: No se ha podido cargar al usuario con 'ID': 88

Las personas que viven con perros gozan de una mejor salud cardiovascular

Imprimir
Las personas que viven con perros gozan de una mejor salud cardiovascular.Las personas que viven con un perro conocen los beneficios que estos aportan a su vida diaria: cariño incondicional, fidelidad, compañía, diversión… Además son ideales para combatir

Sumados a todos estos beneficios, la Fundación Española del Corazón (FEC) quiere recordar además que existe una mejora de la salud cardiovascular entre aquellas personas que tienen animales, especialmente perros.

A lo largo de los últimos años se han publicado una gran cantidad de estudios que han indagado sobre la relación que guarda el convivir con un perro y el nivel de riesgo cardiovascular del propietario. Una gran parte de estos estudios fueron recogidos en Circulation en un artículo llevado a cabo por la American Heart Association (AHA). Este artículo se relacionan las bondades de tener un perro según diversos factores de riesgo cardiovascular.

Así, diversas investigaciones incluidas en el artículo muestran una relación entre vivir con un perro y unos mejores niveles de presión arterial, de colesterol y una menor incidencia de obesidad. Una de las investigaciones que apuntan hacia esta dirección es la realizada a 5.253 japoneses y de la que se extrae que las personas con perro están más cerca de cumplir con la recomendación mínima de práctica de actividad física que aquellas que no tienen perro. Concretamente, los dueños de perros cumplían un 54% más estas recomendaciones; aun así, el estudio también reveló que únicamente el 30% de los propietarios de canes llegaba a los mínimos de actividad física..

Otros trabajos demostraron hace años la relación entre tener un perro y la mayor supervivencia tras un evento cardiaco. Es el caso de un estudio que se publicó en The American Journal of Cardiology que tras estudiar a 424 personas que habían padecido un evento cardiovascular, vieron que aquellos que no vivían con un perro multiplicaban por cuatro las probabilidades de mortalidad que aquellos que sí que gozaban de la compañía de un can.