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Usos del aceite de rosa mosqueta

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Usos del aceite de rosa mosqueta.Esta planta de origen asiático crece espontáneamente en Europa y otras partes del mundo. Produce flores de color rosa vivo y frutos rojos o anaranjados de forma ovalada. De sus semillas se obtiene el aceite, famoso por sus

El aceite de rosa mosqueta se extrae de las semillas por primera presión en frío. Su contenido en ácidos grasos esenciales insaturados es muy elevado, aproximadamente del 80%, destacando el linolénico (34-46%), linoleico (33-45%), oleico (12-15,6%), ácido palmítico (3-4%) y esteárico (1,50-2%); contiene además ácido transretinoico (0,70-0,90%). Se han encontrado también avonoides, proantocianidinas, carotenoides y catequinas con amplias propiedades antioxidantes.

Los ácidos grasos tienen una función estructural, formando parte de los fosfolípidos de las membranas celulares de los tejidos, siendo los precursores de las prostaglandinas y leucotrienos a partir de la síntesis de ácido araquidónico. Los fosfolípidos están implicados en muchos procesos metabólicos, tales como el proceso de fosforilación activa en la mitosis y la organización celular y de intercambio de iones. Además, los ácidos grasos tienen un papel preponderante en la formación de ceramidas que son esenciales para el equilibrio de la barrera hidrolipídica. En síntesis puede decirse que son nutrientes muy importantes en muchos procesos siológicos y bioquímicos relacionados con la regeneración de los tejidos y el crecimiento celular. Estos compuestos son pues los principales responsables de las propiedades, reestructurantes y reparadoras de la piel del aceite de rosa mosqueta.

Aunque el ácido transretinoico se encuentra en pequeñas cantidades y su acción dentro de los mecanismos por los cuales la rosa mosqueta ejerce sus propiedades es controvertida, se ha podido constatar que este ácido interviene de forma importante en el proceso de queratinización, aumentando la velocidad de regeneración epidérmica, lo que promovería que la piel recobre una estructura epidérmica más flexible, un anamiento de la capa córnea y una distribución normal del pigmento, evitando un acúmulo en los queratinocitos basales, lo que contribuiría a la corrección de los efectos del fotoenvejecimiento.

El aceite de rosa mosqueta tiene también una gran capacidad filmógena, que protege la piel de la pérdida de agua. Asimismo, debido a su grado de insaturación y viscosidad (menor que la de otros aceites) posee una excelente capacidad para penetrar hasta las capas interiores de la piel y actuar sobre los broblastos, células dérmicas productoras de colágeno, elastina y ácido hialurónico, que son las responsables de la firmeza y elasticidad de la piel.

De todo ello se deduce que el aceite de rosa mosqueta aúna propiedades hidratantes, rearmantes, nutritivas, reestructurantes y epitelizantes.

Sigue leyendo el artículo de Maria José Alonso en Farmaventas 108