Las ciudades consumen más de dos tercios de la energía mundial y los centros de trasporte, viviendas y negocios son responsables del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero, siendo el transporte responsable de un 24% de estas emisiones, según el estudio “The Health Argument for Climate Change” presentado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). A pesar de que estas emisiones se redujeron el año pasado, como consecuencia de los meses en los que se impuso el confinamiento global, un estudio presentado por la Organización Meteorológica Mundial alerta de que las emisiones han ido aumentando progresivamente y ya han llegado a superar los niveles registrados en 2019.
En el informe de la OMS se remarca la importancia de la reducción de las emisiones de CO2 para lograr frenar el cambio climático y las subidas de temperaturas relacionadas con este fenómeno. Siguiendo estas recomendaciones, TENA refuerza su compromiso con el medio ambiente con su programa TENA Protects, un proyecto que ha lanzado la marca este año focalizado en el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 12 relativo a la producción y consumos responsables, de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles planteados por las Naciones Unidas a cumplir para 2030.
La compañía lleva trabajando en cuestiones de sostenibilidad y lucha contra el cambio climático desde 2008. En estos últimos 13 años, ha conseguido reducir su huella de carbono en la fabricación de sus productos entre un 11% y 33%, y busca lograr reducirla en un 50% para el año 2030. Además, las plantas de producción han logrado una tasa de recuperación de residuos del 63% en 2019 y el 79% de las fibras de celulosa vírgenes utilizadas como materia prima en los productos de TENA obtuvieron la certificación FSC® o PEFCTM.
Una estrategia de sostenibilidad a largo plazo
El programa TENA Protects cuenta con objetivos de sostenibilidad a largo plazo: seguir mejorando de forma continuada la calidad de los materiales; realizar diseños inteligentes que requieran menos energía de combustibles fósiles; convertir las plantas de producción a la electricidad renovable; reducir un 18% las emisiones de carbono, gracias a una optimización del transporte y de la gestión de los residuos. Y, además, lograr un embalaje 100% reciclable, fabricado con un 85% de materiales renovables o reciclados, para 2025.
“Desde TENA queremos transformar el consumo de electricidad de nuestras fábricas europeas y pasar a consumir una electricidad de origen 100% renovable”, afirma Elena Galbis, directora comercial de Health & Medical Solutions de Essity Iberia. “Los objetivos incluidos en este proyecto nos permiten reducir las emisiones de carbono, nos ayuda a luchar contra el cambio climático y a reducir nuestra huella de carbono en un 6% sobre el total de nuestra gama de productos y nos acerca a nuestro objetivo de reducirla a la mitad para 2030”.
Bienestar, más con menos y circularidad
Como parte de su estrategia de sostenibilidad, Essity, la compañía líder en higiene y salud que produce y comercializa TENA sigue una estrategia de sostenibilidad basada en tres ejes: bienestar, más con menos y circularidad. En el eje de bienestar se incluyen los proyectos de investigación para encontrar nuevas formas de aumentar la calidad de vida de las personas, a la vez que TENA mejora la huella medioambiental; por lo que se refiere a ‘Más con menos’ la compañía trabaja para encontrar fórmulas que permitan fabricar usando menos recursos y finalmente la circularidad, a partir del diseño de productos y servicios que encajen en una sociedad circular donde nada se desperdicia.
