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La astenia primaveral, adaptándonos al cambio de estación

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La astenia primaveral, adaptándonos al cambio de estación.La astenia primaveral es unestado de cansancio y tristezaque ocurre durante la transicióndel invierno a la primavera. Eneste artículo os damos algunaspautas para superarla.

Una consulta habitual en la farmacia con la llegada de la primavera la realizan personas que se sienten cansadas, apáticas, con problemas de concentración y tristes sin que haya una causa aparente. La razón de este cuadro se fundamenta en los numerosos factores que regulan nuestro sistema neuroendocrino, entre los que se encuentra las horas de luz y oscuridad que recibimos del exterior.

Sensibilidad al cambio de estación

Un ejemplo típico de los denominados ciclos circadianos es la secreción de cortisol, una hormona relacionada con el estrés y con la regulación de otras muchas hormonas, que presenta los niveles en sangre más elevados durante las primeras horas de la mañana, descendiendo progresivamente hasta alcanzar los niveles más bajos a última hora de la tarde. Otro de los ejemplos más claros es la melatonina, la hormona que controla la duración y el ritmo del sueño, cuyos niveles máximos de secreción se alcanzan en oscuridad absoluta. La acción de la luz sobre nuestro organismo desencadena una serie de cambios químicos que inducen la liberación de serotonina, conocida como la hormona de la felicidad, mientras se inhibe la producción de melatonina.
Entono a un 15% de la población es especialmente sensible a los cambios de las horas de luz, lo cual les provoca el denominado síndrome estacional que se produce con la llegada de la primavera. Además del cambio en las horas de luz, el organismo debe adaptarse a los contrastes bruscos de temperatura característicos de esta época del año, así como a los cambios en la humedad ambiental, que afectan al equilibrio de neurotransmisores cerebrales involucrados en nuestro estado de ánimo. Estos son los síntomas característicos de la astenia primaveral:

La astenia primaveral dura entre 10 y 20 días, pero en ningún caso debe alcanzar un mes de duración. Si se produce una situación así, podría tratarse de un problema mayor. Existen cuadros patológicos, como la depresión, la fatiga crónica, la fi bromialgia, la insufi ciencia cardíaca o la anemia, entre otros, que también cursan con manifestaciones de cansancio y fatiga, pero en ningún caso pueden ser confundidos con la astenia primaveral ya que en ese caso es necesario acudir al médico.

Pautas de adaptación a la primavera

Al no tratarse de una enfermedad no existe tratamiento para la astenia primaveral, pero sí existen factores relacionados con el estilo de vida, como la práctica de ejercicio moderado que disminuye el estrés y favorece el sueño. En relación con la dieta, algunas pautas y complementos nutricionales pueden disminuir el período de adaptación a las nuevas condiciones medioambientales:

Alergia y astenia primaveral

Con la astenia primaveral suelen concurrir otros cuadros estacionales como son las alergias. La alergia al polen la sufre entre un 20% y un 25% de la población manifestándose como rinitis alérgica en la mayor parte de los casos. La presencia de distintos tipos de polen en el ambiente infl ama la mucosa nasal (rinitis) y la mucosa paranasal y frontal (sinusitis), debilitando las defensas de la zona nasal ante el contacto con los alérgenos. Por otro lado, es frecuente que la alergia al polen se manifi este como asma alérgico o primaveral, que cursa con infl amación de los bronquios, difi cultando el paso de aire, lo cual genera tos y sensación de ahogo. También son frecuentes cuadros alérgicos que se manifi estan en la piel como picor, enrojecimiento, sequedad e hinchazón. Con el buen tiempo permanecemos más tiempo en el exterior con menos ropa que en invierno por lo que la piel está más expuesta. En este contexto se engloban los brotes de atopia en pacientes con esta enfermedad, ya que se ha relacionado la reacción del cuerpo ante los alérgenos, como desencadenante del brote.
Por tanto, la infl amación de distintos tejidos asociados a los cuadros alérgicos se traduce en un malestar general que difi culta el sueño, aumenta la irritabilidad y, en defi nitiva, generasensación de fatiga y desmotivación. Adedemás, algunas investigaciones postulan que la propia reacción alérgica y el proceso infl amatorio que conlleva, podrían disminuir la acción antidepresiva de la serotonina. Estos hechos junto con los efectos secundarios de algunos tratamientos antialérgicos, podrían reforzar los sentimientos depresivos en los pacientes alérgicos, aumentando su susceptibilidad a la astenia primaveral.

Cómo minimizar los brotes

El tratamiento de las alergias se basa en el uso de productos específi cos (broncodilatadores, descongestivos, corticoides tópicos, inhalados o aspirados, antihistamínicos, etc). En resumen, principios activos que disminuyen la infl amación, bloquean la secreción de histamina y eliminan la mucosidad, en el caso de la rinitis y el asma. Sin embargo, podemos considerar medidas de higiene que ayuden a minimizar la intensidad y frecuencia de los brotes de alergia:

En resumen, la astenia primaveral es un cansancio generalizado y apatía producido por la adaptación del cuerpo a los cambios medioambientales asociados a la primavera. Es un trastorno más frecuente en pacientes alérgicos ya que presentan síntomas que les impiden descansar correctamente, aumentando la susceptibilidad a sufrir astenia primaveral. Por otro lado, muchos de los tratamientos antialérgicos producen somnolencia, aumentando la sensación de fatiga. La prevención y tratamiento de las alergias y brotes atópicos así como el mantenimiento de un estilo de vida saludable en relación con la práctica de ejercicio físico moderado, con la dieta y con la higiene del sueño, ayudará a disminuir este tiempo de adaptación.

Escrito por : Dra. Lola Parra Astorgano