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Entrevista a Begoña Martín, Doctora en Farmacia (UCM), profesional de la Industria Farmacéutica

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Entrevista a Begoña Martín, Doctora en Farmacia (UCM) y profesional de la Industria Farmacéutica.Entrevista por Ishoo BudhraniBegoña Martín es doctora en Farmacia y actualmente trabaja en la industria farmacéutica. 

¿Quién es Begoña Martín?

Es una persona dinámica y multidisciplinar, apasionada por la ciencia y la divulgación sanitaria. Si tuviera que definirme de alguna forma es dinámica y curiosa por naturaleza, con muchas ganas de aprender y de descubrir cosas nuevas, con una vocación sanitaria que me viene desde bien pequeña, con actitud de escucha y de ayuda al paciente. Estudié farmacia, y durante muchos años me dediqué a la docencia e investigación sanitaria y científica, trabajé en oficinas de farmacia y actualmente en la industria.

Con su experiencia personal y profesional, ¿cuáles serían los mejores consejos para un profesional del sector que quiere buscar información en internet y en Redes Sociales sobre el Cáncer y el cuidado de la piel?

En Internet hay muchísima información disponible, y en ocasiones, no es del todo fiable. De hecho, según el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI www.ontsi.red.es/ontsi/), en España seis de cada diez personas emplea Internet para informarse sobre salud, y muchas de las búsquedas realizadas son sobre alimentación, vida saludable y cáncer. Por ello es de gran importancia seleccionar de dónde procede la información a la que accedemos. Algunos de los consejos que daría serían:

- ¿Quién es el autor del contenido al que accedemos? En la medida de lo posible, debemos buscar quién es el autor de la página, la entrada del blog, post, tweet o vídeo; qué formación o qué experiencia tiene en el tema del que trata.

- Enlaces externos a otras fuentes de calidad, que proceda de datos de administraciones públicas, organismos oficiales, sociedades científicas o medios de comunicación. Es recomendable ser críticos con los contenidos donde se generaliza sin proporcionar ninguna fuente, o donde se referencian artículos de baja calidad, desfasados o con estudios de pocos casos. Puede ser muy interesante ir a la fuente original para poder extraer también nuestras propias conclusiones.

- Fecha de publicación, nos dará una idea de su actualidad, o si por el contrario, se trata de un contenido desfasado.

- Propósito de la fuente. ¿Se trata de un contenido que incorpora publicidad, o que tienen un objetivo comercial? Debemos de tener una mirada crítica y ser cautos con el contenido al que accedemos. 

- Contrasta con más fuentes de información. La información en Internet puede ser muy valiosa, pero no debe tomarse de forma abosultamente literal en todos los casos. En lo referido a salud debemos de ser extremadamente cautos, y consultar a un profesional sanitario sobre los temas que nos interesen.

¿Cree que son fiables las búsquedas en Redes? ¿O son más fiables las publicaciones?

Las búsquedas en Redes Sociales pueden ser fiables, siempre que tengamos en cuenta varios criterios básicos de los mencionados anteriormente: fuente de la que proceden, referencias o enlaces a fuentes fiables o contrastadas, fecha de publicación, propósito de la fuente (si es comercial o no), y por último, verificar que la información a la que estamos accediendo es fiable, contrastándola con otros contenidos de fuentes fiables. Las publicaciones científicas siguen también estos criterios para poderlas clasificar como fiables o no, identificar a los autores y si se trata de expertos en la materia, cuál es la revista en la que está publicado (si es o no una revista que tiene un proceso de revisión y crítica por revisores expertos), qué fuentes emplea en los argumentos que utiliza, cuándo fue publicado, cuál es su propósito y de dónde procede la fuente de financiación, y por último, tratar de contrastar con otros artículos o publicaciones la información contenida. Si bien es cierto que determinadas publicaciones son más inaccesibles por el idioma, o incluso el lenguaje empleado, se trata de fuentes primarias de muchos de los contenidos publicados en redes sociales o webs relacionadas con ciencia y salud en Internet. Puede ser interesante familiarizarnos con ese tipo de escritos para desarrollar una visión crítica de la información sobre investigación y salud.

¿Si tuviera que dar algunas nociones sobre las búsquedas de información oncológica de publicaciones, cuáles serían?

Hay gran cantidad de documentos científicos sobre cáncer y avances terapéuticos y diagnósticos en oncología en diferentes bases de datos científicas, convirtiéndose las búsquedas en altamente complicadas. Un buen punto de partida es ir a portales que recopilan las publicaciones científicas como PubMed empleando el buscador y adicionando filtros como fecha, relevancia, temática, autores, tipo de publicación y nombre para acotar las búsquedas. Como criterios de fiabilidad, podríamos emplear los anteriormente mencionados: grado de experto de los autores, referencias que emplean, fecha, fuente de financiación y propósito, y además, en qué tipo de revista o libro está publicado, número de referencias que ha recibido esa publicación, el tipo y tamaño de muestra que ha empleado para el estudio. Como lo comentado anteriormente, siempre será bueno contrastar con otras publicaciones y activar la mirada crítica y cauta a la hora de extraer conclusiones. 

Si algún profesional sanitario quisiera llevar a cabo un trabajo a modo de póster oncológico para alguna jornada o congreso, ¿qué consejos le daría? 

Hay varios puntos interesantes a la hora de crear un póster oncológico: estructura y organización, formato imágenestexto, colores y letras. El tipo de póster va a depender primero del tipo de contenidos que se quieran plasmar sobre él, ¿se trata de resultados de una investigación o es una revisión bibliográfica o resumen de algún tema concreto? En caso de que se trate de resultados de una investigación llevada a cabo, lo más recomendable es que aparezcan en la estructura de forma más o menos resumida: título, autores (y afiliación), introducción, métodos, desarrollo-resultados y conclusiones. En el caso de que se trate de una revisión o resumen de una temática determinada, el contenido puede ser expuesto de una manera más o menos libre, dependiendo también de las normas de los organizadores de las jornadas o evento. Mi recomendación es que en cualquier caso aparezca visible el título, los autores, el contenido a exponer y, si es posible, algunas conclusiones. Un criterio básico es que el contenido esté organizado para que siga un orden lógico para el espectador. Aconsejo recopilar toda la información sobre fuentes fiables, seleccionar la de mayor interés y hacer un pequeño esquema-resumen con 5 puntos principales, como máximo, que se quieran plasmar en el póster. Tras este ejercicio, deberemos organizarla en el espacio, ¿cual va antes? ¿cuál después? Es conveniente pensar en cómo vamos a disponerla a modo de borrador sobre el espacio que tenemos disponible. Sobre formato: Menos es más, y esta frase cobra total sentido en el caso de pósteres científicos para jornadas o congresos, cuanto más visual y menos texto, mejor. Pero, por otro lado, es muy recomendable que lo plasmado en el póster sea autoexplicativo y que el espectador sea capaz de entender toda la información que se le quiera trasmitir, por lo que deberemos emplear un balance adecuado entre texto-imágenes. Otro tema importante es los colores y la letra, la gama de colores empleados debe guardar armonía y emplear no más de cinco colores diferentes, con un tamaño y tipo de letra que sea legible desde cierta distancia, preferiblemente 24 puntos (nunca menos de 16 puntos), no mezclando más de 3 tipos y tamaños de letra. No debemos olvidar, sobre el contenido, que a la hora de la elaboración de un póster deberán siempre emplearse fuentes fiables y referenciarlas adecuadamente. 

Conocida su pasión por la microbiología y la biología celular, ¿Cómo ve actualmente la situación del cáncer?

El cáncer es una de las primeras causas de muerte a nivel mundial; con más de 8 millones de muertes al año en todo el mundo, según la OMS (https://www.who.int/cancer/ es/). Los cánceres que causan un mayor número anual de muertes son los de pulmón, hígado, estómago, colon y mama. Dado que aproximadamente un 30% de las muertes por cáncer se deben a determinados factores de riesgo y alimentarios, como índice de masa corporal elevado, consumo insuficiente de frutas y verduras, falta de actividad física y consumo de tabaco y alcohol; algunos cánceres pueden prevenirse y debe actuarse para reducir estos factores de riesgo al mínimo posible, a través de campañas de concienciación y a nivel individual. Por otro lado, existe infecciones que pueden provocar cáncer, como las causadas por los virus de las hepatitis B y C y el del papiloma humano. Estas son responsables del 20% de las muertes por cáncer en los países de ingresos bajos y medianos y del 7% en los países de ingresos altos, por lo que se deben aplicar medidas preventivas también en estos casos, para reducir los factores de riesgo y para aumentar las tasas de vacunación cuando sea posible. El diagnóstico y tratamiento de los diferentes cánceres han avanzado de una manera vertiginosa en las últimas décadas (ver https://seom.org/ conocenos/secciones/grupode- trabajo-seom-de-prevencion- y-diagnostico-precoz#), si bien es cierto que aquellos que se basan en sistemas de detección precoz, y los tratamientos que respetan las normas de atención basadas en datos probatorios y que aplican un enfoque multidisciplinario, son programas de tratamiento más eficaces que tienen como objetivo la curación y/o prolongar la vida de los pacientes, garantizando la mejor calidad de vida posible a los pacientes.

¿Si tuviera que dar algunos consejos a sus compañeros de una oficina de farmacia para dispensar al paciente oncológico, cuáles serían?

El diagnóstico de cáncer para el paciente afecta a muchos aspectos de la vida cotidiana del mismo y de su entorno. El papel del farmacéutico de oficina de farmacia puede ser una pieza clave para ayudar u ofrecer recursos materiales, técnicos o de relación con la persona para que pueda superar o afrontar el diagnóstico y el tratamiento. Hay que tratar de mantener una situación empática con el paciente, para permitir comprenderlo, de escucha activa, para poder ayudar y acogerlo, atendiendo al paciente, su entorno, sus circunstancias y sus preferencias personales, con naturalidad y sin forzar, considerando la voluntad del paciente y su situación clínica real. Como profesionales sanitarios, ofreciendo ayuda, información fiable y accesible, disposición para el paciente, y sobre todo de escucha y apoyo, observando y acompañando para trabajar en forma de equipo multidisciplinar con todos los profesionales que intervienen en el proceso oncológico.