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Profesiones y salud de la piel

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Profesiones y salud de la piel.El farmacéutico Mantilla forma parte del Grupo de Expertos Farmacéuticos en Afecciones Dermatológicas (GEFAD), la entidad española responsable del Barómetro de Actualidad para la Salud y el Cuidado de la Piel, una encuesta q

Casi el 50% de los pacientes consultan al farmacéutico a causa de los problemas dermatológicos relacionados con su actividad laboral. ¿Cómo puede ayudarles este profesional?

Indudablemente la farmacia es presente y futuro (cada vez con más fuerza) como referente de consulta para la población con afecciones dermatológicas. Esta actitud se debe a múltiples factores beneficiosos para el paciente en plazos de tiempo (complicado acceder de manera inmediata a su médico de cabecera y más a un dermatólogo); accesibilidad (la farmacia no está sujeta a listas de espera); y respuesta por parte de un profesional farmacéutico que da soluciones de manera rápida. El profesional farmacéutico puede y debe ayudar al paciente mediante múltiples acciones: corregir ideas falsas en materia de dermatología; corregir los hábitos relacionados en esta área (nutricionales, psicológicos, ambientales, etc.); indicar tratamientos dermatológicos para afecciones leves; asesorar sobre los tratamientos instaurados por el médico; etc. El papel es claro: identificar si se trata de un problema dermatológico leve o, por el contrario, necesita derivar al médico; obtener información para elaborar un plan de cuidados para el paciente; incidir en la prevención en los entornos laborales; y ser referente en el ámbito de las soluciones relacionadas con las afecciones dermatológicas.

¿Más de la mitad de los afectados se enfrenta a los síntomas sin acudir a la consulta del especialista, según Basic Piel 2013. ¿A qué se debe esta actitud?

Uno de los objetivos del estudio Basic Piel 2013 es conocer a quién consultan los encuestados ante un problema dermatológico de baja complejidad. Es llamativo que más de la mitad de los pacientes no consulta con el especialista sus problemas dermatológicos, pero da la sensación de que a los problemas de la piel, a diferencia de otras afecciones, no se les da la importancia que tienen hasta que no resultan verdaderamente molestos: el paciente percibe que el médico especialista está demasiado “lejos”. Los motivos se deben a múltiples factores, por ejemplo: listas de espera en el sector público y la crisis económica que ha reducido el número de visitas a este profesional en el sector privado; en contraste con la búsqueda de asesoramiento a través del farmacéutico que identifica el problema (tanto si deriva o no) y conoce los tratamientos. En definitiva, esto se traduce en una clara oportunidad para la farmacia, teniendo en cuenta que la dermofarmacia es una de las áreas de crecimiento con mayor potencial en comparación con otros países: ¡tenemos mucho que ofrecer al ciudadano!

¿Cuáles son las principales agresiones cutáneas en el entorno laboral?

Las principales causas de agresiones cutáneas en el ámbito laboral al que se refiere el estudio Basic Piel 2013 son el calor, el polvo, el frío y el látex, que producen eritema, descamación, cortes y dermatitis de contacto.

En casos graves lo ideal sería evitar el contacto directo con aquello que produce la agresión cutánea, pero esto no siempre es posible en el entorno laboral. Un paciente no puede dejar su trabajo o cambiarlo por otro, sobre todo en tiempos de crisis. ¿Qué cree que se puede hacer en estos casos?

España no es un país con una interiorizada cultura de la prevención, y esto se refleja en los resultados del estudio con un dato: el 62% de las personas encuestadas están expuestas a agresiones cutáneas durante el desarrollo de su trabajo. Sin lugar a dudas, la prevención es clave en las afecciones dermatológicas; estamos en un entorno donde casi todo se legisla (riesgos laborales, prevención de la salud, etc.), pero en lo que se refiere a la piel, transciende la propia regulación laboral y se enmarca en algo tan sencillo como la divulgación de estudios como Basic Piel, que inciden en la necesidad de modificar ciertos hábitos laborales mediante acciones preventivas: cuidado de la piel (protección solar, por ejemplo), uso de desinfectantes y antisépticos para el tratamiento de heridas leves, cicatrización controlada para no dejar huella en la piel e hidratación adecuada, etc., entre otras medidas.

¿Qué tipo de productos sirven para tratar las agresiones cutáneas más comunes?

En farmacia disponemos de un vademécum muy extenso de productos dermatológicos para el tratamiento de afecciones dermatológicas leves: reparadores, antisépticos, desinfectantes, emolientes (cremas hidratantes), corticoides, cicatrizantes, calmantes, etc. La cuestión es saber identificar en nuestro entorno cuáles son las afecciones más comunes y prepararnos para dar la mejor respuesta. Y para aquellos que actúan no sólo localmente sino de forma más global (presencia en internet de forma comercial y profesional), explicar muy bien cómo y para qué se deben utilizar los productos que se venden –¡siempre accesibles para dar el mejor consejo sanitario!