38 farmaventas fv Salud por ser la forma con mejor biodisponibilidad, y poner en marcha un abordaje del cansancio invernal que vaya más allá del “tómate una vitamina y ya está”. Se debe evitar el abuso de megadosis sin control médico. Y, sobre todo, reforzar la idea de que la vitamina D no es “para el cansancio” en sí, sino para el equilibrio global del organismo. b) Reajustar el reloj biológico Podemos hacer mucho desde la educación sanitaria: • Promover rutinas de sueño regulares: acostarse y levantarse a la misma hora, incluso fines de semana. • Fomentar la exposición a la luz natural por la mañana, abriendo persianas o dando un paseo corto. • Desaconsejar pantallas brillantes antes de dormir y sugerir el uso del modo nocturno. • Aconsejar ambientes de descanso frescos y oscuros (1820 °C). • Estas medidas, que parecen simples, son potentes moduladores del ritmo circadiano y del estado energético. • Si el paciente refiere sueño poco reparador o fatiga persistente pese a dormir “suficiente”, podemos derivar al médico para descartar apnea, hipotiroidismo u otras causas orgánicas. c) Volver a lo básico: alimentación, ejercicio y descanso El trípode del bienestar energético no tiene secretos, pero sí requiere constancia. Desde la farmacia, podemos recordarlo con un lenguaje sencillo: • Alimentación: recomendar frutas y verduras de temporada (cítricos, kiwis, coles), pescado azul, legumbres y cereales integrales. Evitar excesos de azúcar y comidas copiosas por la noche. • Ejercicio: insistir en la actividad moderada diaria —aunque sean 20 min caminando—, idealmente con luz natural. • Descanso: explicar que el sueño no se “recupera” durmiendo más el fin de semana. La regularidad es la clave. Podemos incluso ofrecer hojas de seguimiento o retos semanales para motivar a nuestros pacientes. A veces, un simple “¿cómo va esa caminata diaria?” en la siguiente visita marca la diferencia. d) Micronutrientes: aliados (con cabeza) El mostrador se llena en invierno de consultas por “falta de energía” y el paciente suele solicitar multivitamínicos. Como profesionales, debemos priorizar la personalización. Los más relevantes para mejorar la fatiga en invierno: • Vitaminas del grupo B: esenciales en el metabolismo energético. Interesantes en dietas restrictivas, personas mayores o estrés prolongado. Las vitaminas B son un conjunto de vitaminas hidrosolubles que incluyen: B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B3 (niacina o niacinamida), B5 (ácido pantoténico), B6 (piridoxina/piridoxal/ piridoxamina), B7 (biotina), B9 (folato/ácido fólico) y B12 (cobalamina). Las vitaminas B participan en varios procesos que pueden vincularse con la fatiga o un bajo nivel de energía. “ La vitamina D no es “para el cansancio” en sí, sino para el equilibrio global del organismo”
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx