Farmaventas 213

¿Cómo detectar cuándo una bronquiolitis y un catarro derivan en una neumonía? El signo de alarma más importante es la dificultad respiratoria. En una bronquiolitis, si el niño respira muy deprisa, hunde las costillas al inspirar o se muestra somnoliento o con mal color (azulado), debe ser valorado de inmediato. En un catarro, si aparecen fiebre persistente, decaimiento intenso, dolor costal o tos que empeora con el tiempo, también conviene revisar. Los padres deben confiar en su instinto: si el niño “no se ve bien”, hay que consultar. Una neumonía puede comenzar de forma insidiosa, por lo que la observación continua es fundamental y lo importante es el empeoramiento del estado general. En resumen, la dificultad respiratoria progresiva o la fiebre que empeora con la evolución son los signos de alarma. Para el dolor de garganta, ¿mejor bebidas frías o calientes? Depende del caso y de la preferencia del niño. Las bebidas frías pueden aliviar el dolor y la inflamación, especialmente si hay fiebre o sensación de ardor, mientras que las templadas o tibias — por ejemplo, caldos o infusiones suaves con miel en mayores de un año— resultan reconfortantes y ayudan a mantener la hidratación. Lo importante es que el líquido no irrite la mucosa y que el niño beba con frecuencia. ¿Qué productos podría recomendar para mejorar los síntomas de estas afecciones invernales en niños y jóvenes? En los niños, siempre debemos priorizar productos seguros y adaptados a su edad. En ningún caso deben emplearse mucolíticos o antitusivos en menores de dos años. Los lavados nasales con suero fisiológico, la humidificación ambiental y una buena hidratación son las bases siempre. Existen preparados naturales con eficacia demostrada, como los jarabes a base de extractos de hierbas y miel, muy útiles para la tos, y productos con complejos moleculares naturales que alivian las irritaciones de garganta y/o la mucosidad. También pueden utilizarse soluciones nasales con hipertonicidad equilibrada que, junto a los taninos, sirven para descongestionar. Los productos farmacéuticos químicos para la tos o la mucosidad sólo se deben utilizar por indicación del pediatra. ¿De qué modo puede ayudar el farmacéutico a prevenir o a paliar los síntomas? ¿Podría, en muchos casos, evitar la visita al pediatra y así no colapsar las urgencias? El papel del farmacéutico es esencial. Puede orientar a las familias en el manejo inicial de los síntomas leves, aconsejar sobre remedios que no necesiten receta y la correcta administración de todos los tratamientos, así como derivar al pediatra cuando detecte signos de alarma. También contribuye a la educación sanitaria, recordando medidas de prevención y uso racional de antibióticos. Una buena colaboración entre pediatra y farmacéutico evita muchas visitas innecesarias y mejora la atención integral del niño. ¿Qué recomendaciones (de estilo de vida) pueden darse a los padres para el cuidado de los menores de edad ante este tipo de trastornos? Las medidas más efectivas son sencillas: mantener una buena higiene de manos, ventilar las habitaciones a diario, evitar la exposición al humo del tabaco y a ambientes muy secos, asegurar un descanso suficiente y una alimentación equilibrada, rica en frutas y verduras. Fomentar la actividad física al aire libre incluso en invierno y cumplir con el calendario vacunal, incluyendo la vacuna anual contra la gripe y la del VRS en lactantes. También es importante aislar a los niños enfermos durante la fase contagiosa y en niños mayores valorar el uso de mascarilla. La prevención y el trabajo conjunto de padres, pediatras y farmacéuticos son fundamentales para preservar la salud respiratoria infantil en los meses fríos. 77 farmaventas ESPECIAL PEDIÁTRICO ENTREVISTA

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