regulamos nuestro peso, dormimos, tenemos energía, digerimos los alimentos y podemos crear descendencia. Por lo que son indispensables para que toda nuestra maquinaria funcione correctamente. Cuando alguien o algo se mete en esa conversación íntima entre hormona-órgano y empieza a dar órdenes falsas o a interrumpir los mensajes sería lo que hacen los disruptores endocrinos. Los disruptores endocrinos son sustancias químicas presentes en el medio ambiente que pueden imitar la acción de las hormonas de nuestro cuerpo. También pueden bloquear los receptores hormonales de las células, impidiendo que las hormonas puedan ejercer su acción normal. Todo esto provoca una alteración o disrupción del sistema endocrino. Una de las mayores preocupaciones que generan los disruptores endocrinos es su posible implicación en la aparición y desarrollo de tumores hormonodependientes, como algunos cánceres de mama. Este tipo de tumores tiene receptores para hormonas sexuales, sobre todo estrógenos y, a veces, progesterona. 2. Disruptores endocrinos, cáncer de mama y… ¡¿Cosméticos?! Primero, entendamos un poco mejor el cáncer de mama… El cáncer de mama se origina cuando las células del tejido mamario comienzan a crecer sin control. Es el cáncer más frecuente en mujeres y, en muchos casos, es hormono-dependiente, es decir, su crecimiento depende de determinadas hormonas, fundamentalmente estrógenos. De hecho, una gran parte de los tumores de mama tienen receptores de estrógenos en sus células, por lo que, cuando el estrógeno se une a dichos receptores, las células reciben la señal de multiplicarse de manera descontrolada. Los estrógenos son hormonas que viajan por la sangre hasta unirse a receptores específicos llamados ERalfa y ERbeta, localizados en órganos diana como las mamas, el endometrio y los ovarios, que actúan como “mensajeros” dentro de la célula. Una vez unidos, estos receptores viajan al núcleo y activan ciertos genes que controlan la proliferación y el crecimiento celular. Podemos imaginarnos que cada célula mamaria es como una oficina. Los receptores son los buzones y los estrógenos son los mensajes del jefe que indican cómo debemos trabajar. Todo funciona bien mientras las instrucciones son correctas. El problema llega cuando ciertos disruptores endocrinos se hacen pasar por estos mensajeros. Pueden llegar al buzón, entregar instrucciones falsas o confusas, y los empleados pueden empezar a trabajar de manera desordenada, lo que con el tiempo podría favorecer el crecimiento descontrolado de las células y aumentar el riesgo de cáncer de mama. Lo cierto es que hay momentos en la vida, como la adolescencia, el embarazo o la lactancia, en los que los tejidos mamarios son más sensibles a las hormonas por lo que la exposición prolongada a estos ingredientes podría tener efectos perjudiciales en el organismo. “ Los disruptores endocrinos son sustancias químicas presentes en el medio ambiente que pueden imitar la acción de las hormonas del cuerpo” 67 farmaventas ESPECIAL CÁNCER
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