tadas, pieles secas y/o sensibles. Origen: leche o biotecnológico a través de fermentación de azúcares con bacterias lácticas del género Lactobacillus o Streptococcus. • Ácido mandélico: debido a su mayor peso molecular, penetra lentamente y es ideal para pieles sensibles y fototipos altos donde otros ácidos pueden provocar hiperpigmentaciones post-in amatorias. Permite una exfoliación suave y progresiva, siendo útil en pieles con imperfecciones de acné leve-moderado o manchas cutáneas. Puede combinarse con ácido kójico, niacinamida o retinoides para potenciar resultados. Origen: almendra amarga. • Ácido málico y tartárico: aunque menos comunes en monoterapia, ofrecen propiedades complementarias como estabilización del pH y acción antioxidante. Ambos son recomendados en pieles deshidratadas aumentando el factor de hidratación natural y evitando la pérdida de agua transepidérmica. Origen málico: manzana y otras frutas, aunque para garantizar una forma pura se opta mayoritariamente por síntesis química o fermentación controlada. Origen tartárico: uvas, tradicionalmente se obtenía a través de los residuos del vino, pero hoy en día se obtiene por síntesis química o bioconversión controlada. • Ácido cítrico: ampliamente utilizado en formulaciones antioxidantes, también ha demostrado capacidad para inducir engrosamiento dérmico en pieles fotoenvejecidas. Origen: cítricos o fermentación microbiológica de azúcares, utilizando hongos como Aspergillus niger. La elección del AHA, su concentración y el pH de la fórmula son clave para determinar su tolerancia y efectividad. Además, los AHAs pueden combinarse con otros tratamientos estéticos como microneedling, retinoides, ácido kójico o incluso luz pulsada intensa, lo que potencia sus efectos pero también exige protocolos personalizados para evitar efectos adversos. Mecanismo de acción: exfoliación, hidratación y remodelación dérmica A nivel epidérmico, los AHAs actúan desestabilizando las uniones entre los corneocitos, facilitando así la descamación y promoviendo una renovación celular más e ciente. Este proceso no solo mejora la textura cutánea sino que optimiza la absorción de otros activos tópicos. Pero su acción no se detiene en la epidermis. Diversos estudios in vitro han mostrado que, a nivel dérmico, inducen la proliferación de broblastos y la síntesis de colágeno, ácido hialurónico y glucosaminoglicanos. Esto se traduce, clínicamente, en un engrosamiento dérmico, mejor tono y rmeza cutánea, especialmente en pieles fotoenvejecidas (1). Indicaciones clínicas: del acné al envejecimiento cutáneo Los AHAs tienen aplicaciones tanto en tratamientos cosméticos domiciliarios como en procedimientos médicos supervisados. Un estudio clásico de Kessler et al. demostró que un peeling con ácido glicólico al 30% aplicado cada dos semanas redujo signi cativamente lesiones de acné sin diferencias sustanciales frente al ácido salicílico (2). Otro ensayo clínico con 120 pacientes con rmó que una formulación de ácido glicólico al 10% (pH 4) mejoró signi cativamente el acné leve tras 90 días de aplicación (3). En el caso del fotoenvejecimiento, estudios histológicos evidencian un aumento del grosor epidérmico, reversión de alteraciones pigmentarias y una reorganización estructural del colágeno dérmico con el uso continuado de AHA al 25% (4). No obstante, hay que tener en cuenta que concentraciones superiores al 10% de AHAs requieren de una aplicación controlada y supervi51 farmaventas ESPECIAL HIDROXIÁCIDOS Indicaciones Forma de uso Concentración habitual Acné leve a moderado Hiperqueratosis, xerosis, ictiosis Fotoenvejecimiento, lentigos solares Prevención del daño oxidativo Cremas o geles diarios Lociones queratolíticas Peelings químicos profesionales Uso domiciliario con pH controlado 5-10% 10-15% 20-70% 4-8%, pH ≥ 3.5
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx