FS209 - Farmaventas

EQUILIBRIO: estreñimiento ocasional CAUSAS COMUNES DEL ESTREÑIMIENTO VACACIONAL Lo que se conoce como estreñimiento del viajero es una alteración del ritmo intestinal que suele manifestarse como consecuencia de la interrupción de la rutina diaria. Entre los factores más frecuentes que contribuyen a su aparición se encuentran: 1. Alimentación pobre en fibra: cuando abundan las comidas rápidas y escasean las frutas y verduras. 2. Deshidratación: durante los viajes es fácil olvidar beber agua, y eso afecta al tránsito intestinal. 3. Sedentarismo prolongado: pasar muchas horas sentado en el coche, avión o incluso en la tumbona puede ralentizar el intestino. 4. Cambios en los horarios: nuestro intestino también sigue ritmos y hábitos, y los cambios bruscos pueden alterarlo. 5. Incomodidad al usar baños ajenos: es más común de lo que parece y puede llevar a evitar ir al baño cuando es necesario. Algunas de las consecuencias más comunes derivadas del estreñimiento vacacional incluyen: 1. Hinchazón y malestar: un sistema digestivo lento puede provocar sensación de saciedad y dolor abdominal. 2. Heces duras y esfuerzo: la ingesta reducida de fibra y la deshidratación pueden endurecer las heces, dificultando su evacuación. 3. Deposiciones irregulares: viajar altera los hábitos intestinales, dificultando la regularidad intestinal. 4. Fatiga y lentitud: el estreñimiento puede causar la acumulación de desechos en el cuerpo, lo que provoca sensación de cansancio. 5. Pérdida de apetito: un sistema digestivo congestionado puede hacer que comer sea menos placentero y reducir las señales de hambre. INTERVENCIONES RECOMENDADAS DESDE LA FARMACIA Desde la farmacia comunitaria, se puede ofrecer un acompañamiento personalizado que integre educación sanitaria y recomendaciones dietéticas específicas para el manejo del estreñimiento puntual. La clave reside en identificar el perfil individual de cada paciente y adaptar la intervención a sus necesidades particulares, lo que permite mejorar significativamente su bienestar sin comprometer la seguridad ni generar dependencia de los tratamientos. 1. Promover hábitos saludables Antes de recurrir a soluciones puntuales, es importante recordar al cliente algunas pautas básicas que pueden marcar la diferencia, incluso estando de viaje: 1. Priorizar una dieta rica en fibra soluble (frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos, y pan de centeno). Se aconseja que la ingesta de alimentos ricos en fibra se realice de forma gradual para que el tracto gastrointestinal se pueda adaptar. 2. Garantizar una hidratación adecuada (al menos 1,5 litros de agua al día), ajustando la ingesta a las condiciones ambientales y al tipo de desplazamiento. 3. No posponer el momento de ir al baño, para no alterar el ritmo intestinal.

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