Los procesos que producen daño tisular en cualquier parte del cuerpo –heridas, quemaduras, estrías, picaduras, forúnculos, etc.– son susceptibles de producir cicatrices en la piel. Una vez producido este daño es importante el correcto cuidado que siga el paciente. En el proceso de curación hay que tener en cuenta la formación de colágeno.
En la cicatrización ideal, el tejido dañado es completamente regenerado y al final no hay diferencia entre el tejido nuevo y el viejo. Por diversos factores, esta situación es difícil, y siempre suelen quedar diferencias entre tejidos.
Tipos y definición
Hay tres tipos principales de cicatrices: hipertróficas, queloides y atróficas.
- Hipertróficas: las cicatrices hipertróficas son crecimientos exagerados del tejido cicatricial que se presentan en el sitio de una lesión de piel (formación excesiva de colágeno). Este tipo de cicatrices, aunque aumentan de tamaño, no invanden más allá del sitio de la lesión.
- Queloides: las cicactrices queloides son cicatrices muy gruesas que crecen más allá de los límites de la incisión o herida. Son frecuentemente rojas o más oscuras que el color que la piel que las rodea. Los queloides ocurren cuando el cuerpo continúa produciendo colágeno una vez que la herida ha curado.
- Atróficas: están ligeramente hundidas debido a la falta de colágeno. El tejido cicatrizal cubre la herida, pero no se produce suficiente para cubrir la zona dañada. Son frecuentes después del acné o la varicela, por ejemplo.
Tratamiento
El tratamiento de las cicatrices tiene como objetivo mejorar el aspecto y la función (movilidad). Existen diferentes modalidades para su tratamiento:
- Operación quirúrgica: se escinde la masa que sobresale y se sutura la herida.
- Laserterapia: eliminación de las altraciones mediante un haz luminoso.
- Inyección de corticoides: la inyección de un corticoide en el tejido cicatricial disminuye la producción de tejido conectivo y la piel se alisa y se ablanda.
- Terapia compresiva: uso de vendajes tras quemaduras o lesiones.
- Dermoabrasión: corrosión y alisado de los bordes con una máquina abrasiva basada en el uso de un diamante.
- Apósitos autoadhesivos: permiten la transpiración e impiden la maceración cutánea, minimizan el riesgo de irritación y activan el proceso de regeneración cutáneo propio.
- Aceites con ácidos grasos esenciales: favorecen la regeneración de tejidos y el crecimiento celular, forman parte de los fosfolípidos de las membranas celulares de los tejidos y son precursores de las prostaglandinas y leucotrieno.
El tratamiento no invasivo más efectivo para las cicatrices es el que puede llevarse a cabo mediante aceites vegetales ricos en ácidos grasos esenciales como el linoleico y el linolénico.
Recomendaciones
Aunque no hay datos que permitan conocer la cifra real, un alto porcentaje de la población tiene una cicatriz en alguna parte de su cuerpo y, en los últimos estudios realizados, un 20% de las personas con cicatrices afirmó que le habría gustado que el médico o el farmacéutico le indicase qué productos eran capaces de reducir o ayudar a disimular las ciactrices, según la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC).
A continuación, resumimos algunas recomendaciones de SEFAC para una correcta cicatrización y regeneración de la piel:
- Mantener limpia la cicatriz.
- Utilizar los productos adecuados en el momento preciso.
- Realizar masajes diarios al alplicar el aceite o crema o al cambio de cada apósito.
- Cuanto más reciente es una cicatriz, más receptiva será al tratamiento.
- Procurar evitar o disminuir la exposición al sol durante un mínimo de seis meses.
- Mantener una correcta hidratación de la cicatriz.
- Los mejores tratamientos son los que se usan durante el tiempo adecuado.
- Manter una alimentación sana y equilibrada.
