Desde que entrara en vigor el nuevo Reglamento Europeo 1169/2011, qué estipula qué y cómo debe aparecer la información nutricional, los consumidores no han mejorado en la lectura de las etiquetas de los productos envasados. De hecho, el 75% tiene dificultades a la hora de interpretar correctamente la información nutricional de las etiquetas de los productos que adquieren a diario.
Por ello, el Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Andalucía (CODINAN), ha organizado una jornada divulgativa para informar y concienciar a los ciudadanos de la necesidad de tener muy claros los conceptos básicos sobre el etiquetado nutricional. La jornada se enmarca dentro de la Campaña ¡¡Aprende a leer el etiquetado!! puesta en marcha por CODINAN. Asimismo, los profesionales que atiendan el stand –instalado en la Plaza de la Encarnación- realizarán un Test de Etiquetado para comprobar si la población sabe interpretar toda la información que contienen las etiquetas de los productos.
Para tener una alimentación saludable y realizar compras seguras y responsables, es esencial fijarse en el etiquetado de alimentos, pues es ahí donde está la clave para saber lo que comemos. El etiquetado es el principal medio de conexión entre los productores y el consumidor, ya que le permite conocer el alimento que está adquiriendo, su origen, su modo de conservación y de empleo, los ingredientes que lo componen o los nutrientes que aporta a nuestra dieta. Por ello, fijarse y analizar las etiquetas a la hora de comprar debería ser un hábito en nuestras vidas.
Es verdad, que en la actualidad las etiquetas vienen más completas y son más específicas, pero la industria alimentaria sigue aprovechando una legislación un tanto permisiva y poco clara para camuflar de diversas maneras (publicidad de confusión) el contenido exacto del producto.
El diseño y la publicidad son algunas de las armas que tiene la industria para distraer al consumidor en la compra de productos envasados. En realidad, la presentación del producto no miente pero sí disfraza la realidad y juega con la poca atención que dispensa el consumidor a la hora de realizar la compra en el establecimiento.
Por ejemplo, los productos “artesanos” o “naturales” están siempre entre los más apreciados por los consumidores y los fabricantes lo saben, por lo que añaden dichas coletillas en el envase de sus productos. Sin embargo, basta con echar un vistazo a la etiqueta para despejar dudas, ya que un producto natural no recurriría a aditivos o aromas artificiales. Igualmente, el número mágico en el embalaje es el 0, ya que el consumidor interpreta que es un producto ligero y saludable, aunque de nada sirve que un producto tenga el 0% de grasa si después cuenta con un 12% de azúcares.
Por ello, Luis Morán, decano del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Andalucía (CODINAN), advierte que “saber interpretar el etiquetado de los alimentos es fundamental para poder llevar a término una alimentación saludable”. En este sentido, Morán señala que “recientemente hemos visto como los medios se hacían eco del contenido en azúcar de diferentes productos que se pueden encontrar en supermercados y grandes superficies, por lo que es necesario hacer hincapié en transmitir a la población nociones básicas para leer e interpretar el etiquetado para poder elegirlos de forma adecuada”.
Etiquetado Nutricional: todo lo que debes saber
El nuevo reglamento sobre Información Alimentaria Facilitada al Consumidor 1169/2011, tiene como objetivo proteger la salud de los consumidores y garantizar su derecho a la información. La nueva norma propone mejoras en el etiquetado de todos los productos para que proporcione información útil, legible y comprensible al consumidor. El objetivo es asegurar que los consumidores tomen decisiones con conocimiento de causa y utilicen los alimentos de forma segura, teniendo en cuenta consideraciones sanitarias, económicas, medioambientales, sociales y éticas.
Las indicaciones obligatorias son:
Denominación del Alimento / Lista de Ingredientes / Sustancias o productos que causen alergias o intolerancias / Cantidad de un determinado ingrediente / Cantidad neta de Alimento / Fecha de duración mínima o fecha de caducidad / Identificación de la empresa / País de origen o lugar de procedencia / Condiciones especiales de conservación y utilización / Modo de Empleo / Grado Alcohólico / Lote / Información Nutricional (Valor energético y cantidades de grasas, ácidos grasos saturados, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal).
Los alimentos que están exentos de la información nutricional obligatoria son:
Productos sin transformar que incluyen un solo ingrediente /Productos transformados cuya única transformación ha consistido en ser curados y que incluyen un solo ingrediente /Agua destinada a consumo humano (incluidas aquellas a las que se les ha añadido anhídrido carbónico y aromas) / Una planta aromática, una especia o mezcla de ellas / Sal y sucedáneos de la sal / Edulcorantes de mesa / Extracto de café y extracto de café soluble, café soluble o café instantáneo, extracto de achicoria, achicoria soluble y achicoria instantánea / Infusiones de hierbas y frutas, té, té descafeinado, té instantáneo o soluble o extracto de té que no tengan más ingredientes añadidos que aromas que no modifiquen el valor nutricional del té / Vinagres fermentados y sucedáneos, incluidos aquellos cuyos únicos ingredientes añadidos son aromas / Aromas / Aditivos alimentarios /Coadyuvantes tecnológicos / Enzimas alimentarias / Gelatina / Compuestos para espesar mermelada / Levadura / Gomas de mascar / Alimentos en envases cuya superficie es inferior a 25 cm² / Alimentos directamente suministrados por el fabricante a consumidor final o comercio minorista local.
